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Narices mojadas

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Goteo retronasal: qué es y cómo deshacerse de él.

Aunque
tal vez le resulte algo asqueroso, la nariz produce moco líquido
continuamente—y eso es bueno. Esa secreción pegajosa atrapa y neutraliza el
polvo, la contaminación y los gérmenes para protegerlo de infecciones e
irritación en las vías respiratorias. También humedece el aire que usted
respira e hidrata la piel de la nariz para evitar que su revestimiento se
reseque y se agriete.

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En
circunstancias normales y saludables, uno simplemente se lo traga  sin experimentar molestia alguna. Pero si la
secreción es demasiado espesa o abundante, sentirá cómo fluye de la nariz a la
garganta. Este fenómeno puede venir acompañado de tos, dolor, cosquilleo,
ronquera y la necesidad imperiosa de aclararse la garganta.

El
goteo retronasal, nombre que recibe este molesto síntoma, puede aparecer por
muchas razones. Entre los detonantes más comunes se encuentran la rinitis
alérgica, los resfríos y la gripe, que estimulan la producción de moco o modifican
su textura habitual para deshacerse de los microorganismos patógenos (o lo que
el cuerpo confunde con amenazas, en el caso de las alergias).

En
otras ocasiones, aunque más esporádicas, se debe a infecciones bacterianas de
los senos paranasales. Si experimenta síntomas inexplicables que se prolongan
más de 10 días, si al paso del tiempo las molestias empeoran en lugar de
mejorar o si vienen acompañadas de fiebre persistente, acuda a consulta médica.
Si no hay datos de enfermedad ni alergia, el malestar podría deberse a algún
medicamento (anticonceptivos orales o bloqueantes ß), anomalías estructurales
en la nariz (pólipos nasales y desviación o desplazamiento del tabique que
separa las fosas nasales) o inhalación de emanaciones irritantes (humo de cigarro
o esmog).

Para
eliminar el goteo retronasal, es necesario atacar la raíz del problema.  El médico puede, por ejemplo, sustituir un
medicamento irritante con otro y recetar antihistamínicos o inmunoterapia
contra las alergias.

Es
posible que aún no haya identificado la causa del problema o que esté en espera
de que los remedios surtan efecto. Incluso en esos casos existen medidas para
atenuar las molestias. Un buen primer paso es tomar muchos líquidos para diluir
el moco. Si lo que quiere es dormir mejor, eleve la cabeza. De este modo, la
secreción fluirá sin dificultad a la garganta en lugar de estancarse en las
fosas nasales. Si necesita alivio a lo largo del día, puede hacer
evaporaciones, tomar mucolíticos—como la guaifenesina—o aplicarse solución salina
de venta libre, ya sea en enjuague o spray, para limpiar la nariz.

Es
común culpar al goteo nasal de la tos crónica. De hecho, muchos episodios
persistentes de ronquera se asocian a la presencia de rinitis (inflamación en
la nariz) o exceso de moco. A veces basta tomar antihistamínicos o
corticoesteroides nasales para resolver el problema.

No
obstante, con frecuencia la tos no desaparece sino hasta que la nariz vuelve a
la normalidad, según el doctor Lorcan McGarvey, jefe de un grupo de
investigación para el manejo de la tos en la Sociedad Europea de Neumología.
“Para algunas personas, este tipo de experiencias sugieren la presencia de una
causa subyacente”.

Los
especialistas están llevando a cabo estudios para determinar si los episodios
de inflamación pueden causar hipersensibilización perdurable en los nervios de
las vías respiratorias. “Esta hipótesis bien podría explicar la razón por la
cual, en el caso de muchos pacientes, son factores inocuos como la risa y el
aire frío los que detonan los accesos de tos”, explica McGarvey.

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