Con las festividades navideñas vienen los festines ricos en grasa y carbohidratos, los horarios irregulares para comer, y mucho estrés familiar.
Siga algunos de estos pasos para devolver la diversión a las reuniones navideñas.
1. Llene el freezer de comida saludable
Todos estamos muy ocupados durante las festividades, y la mayoría queremos pasar el tiempo haciendo compras, decorando o visitando a amigos y familiares, lo cual nos deja menos tiempo para preparar comidas saludables. Actúe contra esto varias semanas antes, preparando comidas destinadas específicamente para el freezer. Lo agradecerá más adelante, cuando pueda meter una de esas comidas en el horno o microondas y dedicar su atención a escribir un mensaje personal en las tarjetas de Navidad.
2. Reciba el año nuevo con una sola copa de champaña
Quizá esté celebrando, pero eso no significa que deba enviar a su plan alimentario (y a su juicio) de vacaciones. El alcohol puede interferir con el azúcar en la sangre al reducir el ritmo de la liberación de glucosa al torrente sanguíneo; también contiene muchas calorías: 89 calorías por copa de vino blanco o champaña, 55 calorías en un trago de vodka, y 170 calorías en 470 mililitros de cerveza oscura. Además, el alcohol acaba con las inhibiciones y el buen juicio, lo cual hace menos probable que usted se resista a la comida poco saludable que de otro modo evitaría.
3. Revise más a menudo el azúcar en la sangre
A pesar de sus mejores intenciones, es posible que coma más, o de manera distinta, que el resto del año. Si cena en la casa de amigos o familiares, quizá no pueda calcular adecuadamente la cantidad de carbohidratos que ingiere, ni sepa cómo afectarán el nivel de azúcar los alimentos que están en la mesa, así que es de suma importancia que revise sus niveles de azúcar en la sangre con frecuencia, sobre todo después de comer. Recuerde que las pautas generales indican que los niveles de glucosa deben estar entre 90 y 130 mg/dl antes de las comidas, en menos de 180 mg/dl dos horas después de empezar a comer, y en menos de 140 mg/dl al acostarse.
4. Dese permiso para comer la «típica comida navideña»
Evite comer galletas dulces compradas en Navidad, pero ahorre algunas calorías en su “presupuesto” para probar platos caseros y especiales para su familia, como el pan dulce de Navidad que prepara su esposa. No se prive completamente en los días festivos, pues con el tiempo su fuerza de voluntad flaqueará y acabará comiendo de más. Elija entre una rebanada de tarta y una cucharada de puré de papa. Si sabe que servirán su tarta preferida de postre, tome una decisión: ¿quiere gastar ahí su ración permitida de carbohidratos, en el relleno del pavo o en el puré de papa que están en la mesa? Por supuesto, en circunstancias normales, usted debería preferir la comida al postre, pero se trata de un día especial y usted sabe que no podrá resistir una pequeña rebanada de postre; sólo asegúrese de tomar en cuenta los carbohidratos y las calorías, y restarlos de otra parte.
5. Lleve una bandeja con frutas bellamente acomodadas
Aunque no le hayan pedido llevar nada a la fiesta de fin de año, no llegue con las manos vacías. Prepare una bandeja llena con sus frutas y/o vegetales preferidos, junto con un aderezo bajo en calorías y grasa. Coma de ella antes o durante la cena, y estará menos tentado a saciarse con alimentos que rebasen su consumo permitido de calorías.
6. Ofrézcase a llevar un postre
Busque una receta deliciosa que sea baja en carbohidratos y calorías, y preséntela con orgullo. Así contará con un postre en la reunión que pueda comer sin preocupaciones.
7. Sírvase poca salsa de carne
Quizá no pueda controlar lo que sirven en la cena de Navidad, pero puede hacer mucho más saludables el pavo, el roast beef, e incluso el puré de papa y el relleno, dejando de lado la salsa que suele acompañarlos, o sirviéndose sólo una pequeña cantidad.
8. Coma la parte blanca del pavo
La pechuga de pavo es una de las carnes más magras que existen. Sólo limítese a la pechuga y evite la carne oscura (piernas y muslos), que contiene muchas más calorías y grasa. ¡Y siempre diga no a la piel!