Claves prevenir y
tratar esta inflamación
Las
hemorroides—venas inflamadas cerca del ano y dentro del recto— son tan comunes
que acongojan a más del 75 por ciento de las personas mayores de 45 años. El
síntoma más común es sangre en las heces; no obstante, algunos pacientes,
además, refieren picazón, incomodidad, inflamación o presencia de un bulto
endurecido que duele. El problema es atribuible a un exceso de presión en las
venas rectales, lo cual se debe, a su vez, al estreñimiento, al embarazo o por
hacer esfuerzo de manera excesiva al evacuar.
Como
medida de prevención, le recomendamos ir
al baño en cuanto sienta la necesidad; si se aguanta, las heces se endurecerán
y será más difícil expulsarlas. Una vez que haya empezado, no intente acelerar
el proceso. Finalmente, consuma suficiente fibra y líquidos; ambos ayudan a que
todo fluya a la perfección. La fibra de mejor calidad proviene de frutas,
verduras y granos enteros. De ser necesario, también existen complementos (si
opta por estos, asegúrese de beber mucha agua).
Si
estas medidas preventivas no funcionan, recuerde que las hemorroides por lo
general no son peligrosas. Aclarado el punto, en los siguientes casos sí tendrá
que acudir a consulta para descartar cáncer colorrectal: hemorragia profusa o
prolongada, otros cambios en el color o la consistencia de las heces, presencia
de un bulto que no desaparece, mareo o aturdimiento. Los médicos suelen hacer
tactos rectales o exámenes con endoscopio para distinguir entre las hemorroides
y el cáncer.
El
malestar producido por estas formaciones suele ceder en una o dos semanas.
Mientras tanto, puede aplicar ungüentos o supositorios de venta libre para
atenuar el dolor y la comezón. A veces también es útil tomar analgésicos,
sumergir el área en agua tibia o utilizar toallitas húmedas en vez de papel
higiénico. Para no agravar el estado de las venas con esfuerzos adicionales
durante este período, incorpore mucha fibra a su dieta o consuma laxantes
emolientes.
Donato
Altomare, cirujano colorrectal y profesor en la Universidad de Bari Aldo Moro,
en Italia, sugiere defecar en cuclillas para eliminar aún más presión. (Para
lograrlo, coloque un banco pequeño frente al inodoro).
En
caso de que el dolor sea insoportable o dure mucho, busque ayuda profesional.
El médico puede tratar la condición con procedimientos rápidos como la
destrucción térmica con láser o la ligadura con bandas de goma para interrumpir
la irrigación sanguínea. Las hemorroides de gran tamaño que no responden al
tratamiento, llegan a requerir cirugía. “Si cuida su intestino, las hemorroides
se mantendrán bajo control”, apunta Altomare.