La manera en que lavamos nuestros dientes y usamos el hilo dental es fundamental para que nuestra boca y encías se mantengan sanos. Simples y efectivos pasos.
Buenos hábitos para limpiarse los dientes correctamente
Hilo dental
Una vez al día, tome un hilo dental de aproximadamente 45 cm y enrolle los extremos alrededor de los dedos mayores. Apriete con el dedo índice y pulgar para separar 2,5 cm, manténgalo tenso y deslícelo hacia arriba y hacia abajo en los espacios entre dientes (no serruche porque podría cortarse las encías, más bien intente hacer movimientos circulares con sus dedos).
- Cuando pase al siguiente par de dientes, enrolle el hilo un poco para usar una parte limpia.
- No se alarme si las encías sangran un poco al principio. El sangrado se detendrá a medida que mejore la higiene bucal.
Cepillado correcto
- Cepille a la mañana y a la noche durante al menos 2 minutos.
- Tómese el tiempo necesario para hacer un buen trabajo y pase el cepillo por todos los rincones de la cavidad bucal.
- Use una gota de pasta dental.
- Haga movimientos circulares pequeños en vez de fregar enérgicamente y asegúrese de trabajar sobre todas las superficies, no descuide las partes interiores.
- Cepille a lo largo de la encía y de los dientes y limpie la lengua.
Aliviar momentáneamente un dolor dental
Es hora de ver un dentista, pero puede aliviar el dolor mientras espera por un turno.
- A la primera incomodidad ingiera líquidos calientes.
- Si el dolor es continuo, coloque una compresa fría sobre la mandíbula y tome calmantes.
- Haga buches cada una hora con agua tibia con sal. Escupa el agua luego de unos minutos. La sal de mar sin refinar, que es rica en minerales, es la más efectiva.
- El aceite de ajo es un calmante natural. Rocíe con aceite un hisopo y colóquelo en el diente afectado (de lo posible, evite tocarlo con la lengua).
- El aceite del árbol del té es un calmante natural que tiene propiedades antibacteriales; aplicar del mismo modo que el aceite de ajo.