¿Qué es la diabetes? Una enfermedad compleja, que afecta a todo el cuerpo y que puede parecer difícil de entender. Pero, una vez esclarecidos lo…
La información es la piedra angular del tratamiento. Cuanto más sepa
acerca de la diabetes, más capacitado estará para usar los recursos disponibles
a la hora de mantener la glucemia bajo control y evitar las complicaciones que
le impidan disfrutar completamente de la vida.
- ¿Qué es exactamente la
diabetes? - ¿Por qué es importante la
glucosa? - El transporte irregular del
azúcar en sangre - La tarea interna de la
insulina - Síntomas frecuentes
- Clasificación: la llave para entender
¿Qué es exactamente
la diabetes?
Al contrario de lo que sucede con la hipertensión arterial, el término
no da una idea clara. A veces, hasta los médicos tienen dificultad para
describirla. ¿Es una enfermedad relacionada con la sangre? ¿Es un problema
metabólico? Es todo eso y algo más.
Además de ser compleja, la diabetes por lo general es blanco de
conceptos equivocados. Muchas personas piensan que se desarrolla cuando se
consume mucho azúcar, pero no es así. Hay también quien piensa que tener
diabetes significa tener que inyectarse insulina todo el tiempo, pero, aunque
muchas personas se beneficien de tratamientos que incluyen inyecciones, otras
pueden controlar la enfermedad con sencillas modificaciones en su estilo de
vida.
Nosotros preferimos graficarla de este modo para hacer más sencilla su
explicación: Un derrame oculto de combustible.
Imaginá por un momento que tu cuerpo es una intrincada la red de rutas,
calles y avenidas, y que los millones de autos que lo recorren son tus células.
Cada automóvil necesita ser reabastecido con combustible que, por suerte, es
abundante. Cuando todo funciona bien, la gasolina se pone en los tanques de los
autos y ellos siguen su camino.
Ahora, suponé que algo no funciona bien. La gasolina fluye de la bomba,
pero no hay quien abra el tanque de los vehículos. El combustible se esparce,
inunda las autopistas, invade los sistemas de drenaje y contamina el sistema.
Ésa es, en un ejemplo muy sencillo, la naturaleza de la diabetes. En la
enfermedad, la fuente de energía (es decir, el “combustible”) es una sustancia
llamada glucosa y el encargado de la bomba de gasolina, que
abre el tanque de los autoa, equivale a la hormona llamada insulina.
¿Por qué es
importante la glucosa?
La glucosa, también conocida como azúcar de la sangre, es la
principal fuente de energía para el cerebro, los músculos y los tejidos, necesaria
para todas las funciones del cuerpo.En realidad, la glucosa es uno de los
grandes motores de la naturaleza, una fuente de energía casi universal para los
seres vivos.
Los científicos saben cómo se forma su molécula y cuál es su función,
pero, de manera sorprendente, todavía no han logrado sintetizarla en el
laboratorio. Tan sólo las plantas pueden fabricar glucosa por medio de la
mezcla mágica de la luz del sol, el agua y otros elementos, transfiriendo esa
energía a las otras criaturas a través de la cadena alimenticia.
Cuando comemos, el cuerpo “descompone” los alimentos menores y más
simples, que pasan por el intestino delgado y van hacia la corriente sanguínea.
Cuando llegan a la sangre, esos nutrientes son transportados a las células de
todo el cuerpo. Los alimentos diferentes son descompuestos en tipos diferentes
de nutrientes. La proteína se desdobla en aminoácidos, en general utilizados
para la generación y regeneración de los tejidos. La grasa se desdobla en
ácidos grasos, que son almacenados principalmente como reservas de energía.
Los carbohidratos (incluyendo panes y masas, hasta frutas, legumbres y
verduras) se desdoblan principalmente en glucosa, utilizada casi
inmediatamente como energía. Para sentirse bien, es necesario que en tus
células haya suficiente glucosa todo el tiempo. Mientras tanto,
cuando hay diabetes la glucosa de la sangre no sigue hacia las células y éstas
quedan desprovistas de energía.
Eso explica por qué uno de los principales indicios de diabetes
es la fatiga. Y dado que la glucosa no logra penetrar en las células, ésta
se acumula en la sangre. El exceso de azúcar en la sangre provoca una verdadera
devastación en el cuerpo. A corto plazo, por ejemplo, el exceso de glucosa
prácticamente absorbe el agua de la corriente sanguínea, creando una condición
paradójica en la cual la persona necesita orinar con más frecuencia, aunque
tenga una sed insaciable.
Una cantidad muy grande de glucosa también puede perjudicar la capacidad
de los leucocitos del sistema inmunológico en el combate a las infecciones,
haciendo a la persona más vulnerable a las enfermedades. Con el tiempo, la
glucemia elevada puede ocasionar complicaciones serias, como lesiones a los
nervios, riñones, ojos, vasos sanguíneos, hígado y corazón.