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Conocé el poder de lo natural

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Llegar fuertes al invierno es esencial para poder hacerle frente al frío y prevenir enfermedades. Muchas veces lo natural, es la mejor opción. 

El secreto de «llegar bien al invierno»

Susanne Meier está delgada, en forma y se esfuerza  por mantenerse saludable. De chica, su madre le daba equinácea  al primer síntoma de resfrío, y ahora esta catequista de 56 años,  de Emmendingen, Alemania, sigue tomando ese remedio junto con pastillas de cinc. “Siempre vale la pena probarlo”, afirma. No es la única persona que hace eso. De acuerdo con un estudio publicado  en el European Journal of Clinical Nutrition, cada día es más común que la gente use una amplia gama de complementos naturales.

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Pero, ¿de verdad funcionan esos remedios naturales? Estudios recientes confirman que algunos son benéficos, e incluso pueden ayudar a combatir ciertas enfermedades.

Debemos recordar que la mayoría de sus nutrientes deben provenir de una dieta equilibrada y que es sensato consultar al médico antes de recurrir a los complementos, especialmente si ya estamos tomando medicamentos.

EQUINÁCEA

  • ¿QUÉ ES? Es una hierba, y antaño se encontraba en muchos botiquines. Con la introducción de los antibióticos cayó en desuso, pero hoy día está volviendo por sus fueros.
  • ¿CÓMO ACTÚA? Esta planta tiene un leve efecto protector contra el resfrío y la gripe. En las personas que se enferman, parece reducir la duración e intensidad de los síntomas. Los estudios indican que la equinácea es más eficaz cuando se toma durante toda la temporada de frío, en vez de esperar a que aparezcan las primeras señales de un resfrío.
  • ¿QUIÉN DEBERÍA TOMARLA? Aunque no brinda alivio a todo el mundo, la equinácea es lo bastante segura como para probarla. Sin embargo, salvo que lo indique un médico, las personas que tienen enfermedades autoinmunes deben evitarla, así como las que son alérgicas a las plantas de la familia de las margaritas.

ÁCIDOS GRASOS OMEGA 3

  • ¿QUÉ SON? Son grasas y aceites esenciales para la salud cardiovascular y el desarrollo cerebral. Además de tomar cápsulas de aceite de pescado o de aceite de algas, se puede obtener ácido eicosapentaenoico (EPA) y ácido docosahexaenoico (DHA) de pescados grasos de aguas profundas y de huevos de gallinas alimentadas con una dieta rica en ácidos omega 3. Los aceites de lino y de canola, las nueces, los pistachos y otras fuentes vegetales contienen otro ácido de este grupo, el ácido alfalinolénico (ALA), que el cuerpo convierte en EPA y DHA.
  • ¿CÓMO ACTÚAN? En 2013 se publicó un estudio realizado con adultos mayores que gozaban de buena salud general. Entre los que tenían los niveles más altos de ácidos omega 3 en la sangre se observó el menor número de defunciones al cabo de 14 años, y un riesgo 40 por ciento menor de morir de cardiopatía coronaria. La razón es que estos ácidos tienen propiedades antiinflamatorias y reducen la presión arterial y los triglicéridos.

Otro estudio de 2013 realizado en Suecia mostró que las mujeres que comían más pescado graso tenían menor incidencia y menor riesgo de contraer artritis reumatoide. Y un estudio de 2010 reveló que las personas que consumían alimentos ricos en EPA y, sobre todo, en DHA, tenían tasas más bajas de colitis ulcerosa.

Las investigaciones indican un posible vínculo entre los niveles de EPA y DHA y el funcionamiento mental. En 2010, un estudio de adultas mayores italianas que padecían depresión mostró una mejoría notable en los síntomas luego de ocho semanas de haber tomado un complemento de ácidos omega 3 en dosis alta. Dos estudios recientes, uno de adultos jóvenes y otro de adultos mayores sanos, mostró una relación entre la ingesta de dosis altas de aceite de pescado durante seis meses y la mejoría de las capacidades cognitivas. Como posible explicación de estos efectos, el doctor Philip Scheltens, del Centro Vumc de Alzheimer, en Amsterdam, señala que el EPA y el DHA son constituyentes importantes de la membrana neuronal humana. “Esta estructura es esencial para las conexiones interneuronales porque forma la base de lo que llamamos sinapsis”, dice.

  • ¿QUIÉN DEBERÍA TOMARLOS? Conviene incluir ácidos grasos omega 3 en la dieta, especialmente si se tiene un historial familiar de males cardíacos o de hipertensión. La mejor fuente es el pescado fresco.

COENZIMA Q10

  • ¿QUÉ ES? Esta sustancia (abreviémosla CoQ10) se parece a una vitamina y está presente en todo el organismo humano. Aunque nuestro cuerpo la fabrica de manera natural, la reserva decae conforme envejecemos.
  • ¿CÓMO ACTÚA? Es esencial para el funcionamiento de músculos y órganos, y es un antioxidante (protege contra los radicales libres que dañan células y tejidos) y un antiinflamatorio. En un estudio clínico de 80 personas con principios de Parkinson publicado en 2002, se observó que las que ingerían CoQ10 sufrían un menor deterioro funcional que las que tomaban un placebo, y cuanto más alta la dosis, mejores los resultados.

Uno de los usos más conocidos (y un tanto polémicos) de la CoQ10 es la prevención de los efectos secundarios de las estatinas, los populares fármacos para reducir el colesterol. “Hemos observado que en algunas personas que toman estatinas hay niveles menores de CoQ10”, dice el doctor Gianni Belcaro, de los Laboratorios Cardiovasculares Irvine3 de la Universidad de Chieti-Pescara, en Italia. Y añade que esa reducción puede tener consecuencias negativas, como debilidad y dolor de músculos, entre ellos el cardíaco.

  • ¿QUIÉN DEBERÍA TOMARLA? El cardiólogo Stephen Sinatra escribe en su blog que la CoQ10 es “una píldora milagrosa para tratar y prevenir las cardiopatías”. Otros médicos son más cautos a la hora de recomendar esta coenzima, aunque podría ayudar a las personas que padecen ciertas enfermedades cardiovasculares y neurológicas. Como la CoQ10 puede reducir la presión arterial, podría aumentar los efectos de los antihipertensivos. Hablá con el médico sobre la dosis de CoQ10 que te conviene tomar.

QUERCETINA

  • ¿QUÉ ES? Es un flavonoide que se encuentra en verduras, frutas, té y hierbas, y su función es ayudar a mantener saludables las células.
  • ¿CÓMO ACTÚA? Un estudio sueco de 2011 asoció la quercetina con un menor riesgo de cáncer gástrico. Otro estudio de ese año realizado en Italia reveló que los complementos de quercetina son útiles para personas aquejadas de trastornos cardiovasculares e inflamatorios. Otras investigaciones muestran que la quercetina ayuda a aliviar síntomas de alergia, a veces mejor que los fármacos.
  • ¿QUIÉN DEBERÍA TOMARLA? Si comés muchas frutas y verduras, tal vez ya estás ingiriendo toda la quercetina que necesitás. Para mitigar trastornos inflamatorios o inmunitarios, podría servirte un complemento (si tu médico lo aprueba). Las dosis muy altas pueden causar daño renal, y tené cuidado si estás tomando anticoagulantes, ya que la quercetina podría aumentar su efecto.

FLAVONOIDES

  • ¿QUÉ SON? Son sustancias antioxidantes de origen vegetal. Los dos productos de los que hablaremos aquí —el Pycnogenol, marca registrada de un extracto de corteza de pino marino francés, y el extracto de semillas de uva— son fuentes ricas en flavonoides.
  • ¿CÓMO ACTÚAN? Algunos médicos dicen que el Pycnogenol y el extracto de semillas de uva ayudan a aliviar los síntomas de enfermedades inflamatorias y de alergias, y protegen el corazón. Un estudio realizado en Italia en 2013 reveló que el extracto de semillas de uva reduce la presión arterial mejor que un placebo en personas con hipertensión leve.

Un estudio de mujeres posmenopáusicas llevado a cabo en Alemania en 2012 mostró que, luego de 12 semanas de tomar Pycnogenol, hubo una mejoría notoria en la elasticidad e hidratación de la piel. Investigadores italianos observaron una mejoría significativa en la memoria y el funcionamiento mental de estudiantes que tomaron Pycnogenol durante ocho semanas, comparados con los que recibieron un placebo. Otros estudios indican que el Pycnogenol mejora el rendimiento físico, mitiga los síntomas menstruales y menopáusicos y reduce los estornudos causados por alergias si se empieza a tomar al menos cinco semanas antes del inicio de la temporada de alergias.

  • ¿QUIÉN DEBERÍA TOMARLOS? Si padecés alguna de las condiciones mencionadas arriba, podría ayudarte tomar uno de estos complementos. Pero evitá tomar Pycnogenol si estás recibiendo tratamiento para una enfermedad autoinmune. 

CINC

  • ¿QUÉ ES? Es un oligoelemento esencial. Algunas de las fuentes naturales más ricas son los mariscos (sobre todo las ostras, los cangrejos y la langosta), las carnes rojas y las aves de corral.
  • ¿CÓMO ACTÚA? Una revisión de 15 estudios clínicos realizada en 2011 confirmó que tomar cinc reduce las molestias del resfrío común. En un estudio publicado en 2013, investigadores de la Universidad de Adelaida y la Universidad de Queensland, en Australia, mostraron que el cinc bloquea la capacidad de los estreptococos (bacterias que puede causar neumonía y meningitis, entre otros padecimientos) de utilizar el manganeso, mineral que esos microorganismos necesitan para desencadenar la enfermedad.

Los estudios también indican que unos niveles bajos de cinc podrían ser la razón por la cual algunas mujeres dan a luz de forma prematura o a bebés con bajo peso. La deficiencia de cinc se ha relacionado con problemas de comportamiento y, en algunos casos, de impotencia sexual. Y un estudio realizado en Suecia en 2011 reveló que los hombres aquejados de cáncer de próstata tenían menos  probabilidades de morir de esa enfermedad cuando su dieta incluía alimentos ricos en cinc.

  • ¿QUIÉN DEBERÍA TOMARLO? La mayoría de los adultos puede tomar pastillas de gluconato de cinc sin ningún riesgo para reducir la duración de un resfriado. Los vegetarianos también podrían tomar un complemento de cinc para protegerse contra la deficiencia de este elemento. Cabe advertir que el exceso de cinc puede deprimir el sistema inmunitario. 

CURCUMINA

  • ¿QUÉ ES? Es la sustancia activa de la cúrcuma, una planta de amplio uso culinario en Asia.
  • ¿CÓMO ACTÚA? La curcumina es antiinflamatoria, antioxidante y brinda cierta protección contra algunas enfermedades. En un estudio tailandés de personas prediabéticas, publicado en 2012, se suministró curcumina a la mitad de ellas, y al resto se le dio un placebo. Nueve meses después, 16,4 por ciento de las que tomaban el placebo habían contraído diabetes tipo 2, mientras que ninguna de las que tomaban curcumina desarrolló la enfermedad. Según un estudio de 2010, la curcumina también ayuda a aliviar los síntomas de osteoartritis, y un informe de 2012 mostró que también mitiga los de artritis reumatoide.
  • ¿QUIÉN DEBERÍA TOMARLA? La cúrcuma se ha usado como condimento durante siglos. Si sos de las personas que la consumen a menudo, es casi seguro que ingieras curcumina. No es recomendable para aquellos que tienen problemas de vesícula biliar o reflujo gastroesofágico.
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