La desnutrición, provocada por una alimentación insuficiente, produce una carencia de complementos vitales para el buen funcionamiento del cuerpo.
La desnutrición es una enfermedad y consiste en una serie de condiciones patológicas que se presentan cuando existe un déficit en la ingestión, absorción o aprovechamiento de los nutrientes, o cuando hay una pérdida exagerada de estos. La desnutrición se denomina primaria cuando la ingestión cuantitativa o cualitativa de los alimentos es insuficiente, y secundaria cuando las pérdidas aumentan o hay defectos de absorción o asimilación, y mixta —la más frecuente— cuando, además de una ingestión insuficiente, se presentan condiciones patológicas que aumentan el desgaste calórico proteico.
Cuando las fuentes de energía y las proteínas que se ingieren son limitadas, el cuerpo responde adaptándose a ello, pero si esta situación se prolonga durante mucho tiempo, surge la desnutrición. La gravedad de este síndrome depende de la amplitud o limitación de las reservas de factores nutricionales que posee el organismo; de la prolongación de un consumo inadecuado de energía, y de las enfermedades subyacentes (fiebre, infección, traumatismos, etcétera).
¿Cómo tener una alimentación adecuada según la edad?
- El aumento de las necesidades de una alimentación adecuada, producido por el embarazo, la lactancia, el crecimiento, y otros factores, también contribuye a la desnutrición, que es la causa de muerte de más de la mitad de la población infantil del mundo. El impacto de la pobreza suele expresarse en altos porcentajes de desnutrición. En las regiones afectadas por la pobreza extrema, la mayoría de los niños presentan un peso insuficiente y una talla disminuida para su edad.
- Algunos estudios demuestran que una correcta nutrición durante los primeros años de infancia y durante el embarazo disminuye los padecimientos cardíacos, la diabetes y otros problemas alimentarios crónicos durante la vida adulta.
- Si los niños en edad escolar desayunan todos los días y obtienen una ingesta adecuada de yodo y hierro, se asegura un buen rendimiento en el colegio.
¿Cómo pueden ayudar la espirulina y otros complementos?
- El alga espirulina fue usada como alimento tradicional por
los aztecas y los mayas hace más de 1.000 años. Ahora se perfila como un
complemento alimentario de primera clase. - Las proteínas están
formadas por cadenas de aminoácidos que se combinan entre sí y son necesarias
para el crecimiento, la cicatrización y la producción de enzimas, hormonas y
anticuerpos; algunos aminoácidos permiten que las vitaminas y minerales
realicen sus funciones apropiadamente. Debido a esto, los aminoácidos son muy
importantes para prevenir y combatir la desnutrición. - Tradicionalmente, se ha
considerado al aceite de pescado un excelente complemento alimentario. Los
aceites grasos poliinsaturados que se encuentran en el aceite de pescado como
el salmón, el arenque y la caballa, son muy benéficos para la salud. - El hierro
está presente en las células rojas de la sangre (glóbulos rojos) y las células
de los músculos; sin embargo, el cuerpo necesita reponer la cantidad de este
nutriente que se pierde a través del sudor, la orina, las heces y cualquier
tipo de sangrado. - El complejo B está formado, entre otras sustancias, por las
vitaminas B1 o tiamina, B2, B6 o piridoxina, B12, ácido pantoténico y ácido
fólico. La vitamina B12 no solo ayuda a la producción de energía y a la
formación de glóbulos rojos, sino que también activa al ácido fólico, sustancia
esencial en la formación y reproducción celular. Las algas kelp y espirulina
adquieren cada vez mayor importancia en la nutrición. La primera debido a su
alto contenido de yodo y a sus propiedades como auxiliar en diversas enfermedades,
y la segunda porque tiene un enorme valor alimentario. - La vitamina A tiene un importante efecto en la salud de los niños. Se ha demostrado que las muertes por diarrea disminuyen en un 40% cuando los niños toman complementos de vitamina A. También se ha podido observar que este nutriente reduce las complicaciones del sarampión.
