Encontrá algunos consejos para hacer una tabla de quesos y acompañarla de un buen vino.
No hay fiesta, comida o reunión de amigos que esté completa sin una buena tabla de quesos, siempre acompañada de un noble vino. Combinada con fiambres o frutas frescas, cada tabla tiene sus particularidades pero, como cualquier otro plato, cuenta con secretos. Aquí algunos consejos:
La tabla debe tener de tres a siete diferentes tipos de quesos; tratá de elegir uno por cada variedad: queso duro, semiduro, blando, azul, de cabra y/o pastas untables.
Combinar diferentes colores de cáscaras y texturas para agregar diversidad y lograr una apariencia atractiva. Por ejemplo incluir un queso de cáscara roja, otro de cáscara amarilla, uno recubierto de hierbas verdes y otro, de semillas.
Para poder apreciar al máximo el sabor de cada queso, retiralo de la heladera una hora antes de servirlo, pero tené la precaución de cubrirlo con un paño húmedo o con papel film para evitar que se seque.
Los quesos deben estar dispuestos en el plato de manera que los de sabor más suave queden en la periferia y los más fuertes en el centro. Lo mejor es comenzar por los más suaves y luego por los más especiados, para no contaminar el paladar con el sabor de estos últimos.
Para acompañar los quesos, se pueden incluir panes neutros como baguette, pan de campo o panes con semillas. Las galletitas y panes saborizados pueden interferir con el sabor del queso.
Si vas a servir la tabla de quesos como plato único, calcular alrededor de 120 a 180 gramos de queso por persona.
Compañeros ideales
Los vegetales y las frutas pueden ser excelentes complementos de los quesos. Aquí le damos diferentes opciones:
– Gorgonzola con hinojo.
– Provolone con ananá.
– Queso de cabra con variedad de hongos como champiñones y portobellos.
– Queso crema con pepinos agridulces.
– Brie con uvas rosadas.
– Cheddar con manzana.
– Port salut con peras.