¿A que no te imaginás que esto también es voluntariado?
Individual: no importa la experiencia ni la carga horaria, solo las ganas. Es el tipo de voluntariado más “común”. Puede ser en una iglesia, en un centro de jubilados,
en un club, etc.
Como profesional: si tenés una formación profesional, el voluntariado puede servirte como una oportunidad para sumar o aplicar tu experiencia. Muchos proyectos necesitan Profesionales, como por ejemplo diseñadores gráficos, contadores, abogados, redactores o docentes.
Corporativo: cada vez son más las empresas que se suman a través de programas de respon-sabilidad social que involucran a su personal. Como empleado, podés donar horas de tu tiempo a causas que favorezcan el desarrollo social de la comunidad.
Universitario: es una de las modalidades que está tomando impulso en las universidades y que forma parte del plan de carrera de los alumnos. De hecho, existe un programa de Voluntariado Universitario en el Ministerio de Educación.
A distancia o virtual: no todos contamos con el tiempo suficiente o con las posibilidades de ir a una oficina o sede como voluntarios. Por eso, podés ayudar desde tu casa. A través de Internet, descubrí que muchas organizaciones tienen proyectos para que colabores a distancia.