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Nieve, cellisca y granizo

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Al congelarse más el vapor sobre los primeros cristales diminutos van formando los copos de nieve.

Nieve, cellisca y granizo

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¿Cuál es el origen de la nieve?

Cuando la temperatura de una nube es muy baja descarga su contenido de agua no como lluvia si no como copos de nieve ligeros como plumas. La consistencia de la nieve se debe a que el agua de las nubes se comporta de una manera muy peculiar. A temperatura muy baja, las gotitas de la nube se «súper enfrían», lo que significa que permanecen líquidas, aunque su temperatura sea inferior al punto de congelación. En ciertas condiciones las gotitas súper enfriadas se evaporan y ese vapor se congela directamente en diminutos cristales de hielo. Al congelarse más el vapor sobre los primeros cristales diminutos van formando los copos de nieve.

Los copos adoptan diferentes formas según la temperatura y proporción de humedad en el aire. Debido a su estructura cristalina, la mayoría de ellos se compone de un 90% de aire, circunstancia que los hace óptimos aislantes y amortiguadores del sonido. Pero esto también significa que el agua que contienen 10 centímetros de nieve equivale a solo uno de lluvia.

¿Son lo mismo la cellisca y el granizo?

Las bajas temperaturas y los vientos turbulentos pueden cambiar mucho el aspecto de una gota de lluvia. Si las gotas atraviesan una capa de aire muy frío, pueden congelarse y formar granos sólidos de cellisca que rebotan cuando caen al suelo. También puede suceder que las gotas se enfríen tanto que se congelen al chocar y cubran todo la que toquen con una resplandeciente capa de hielo.

El granizo, por el contrario, se origina en las turbulentas nubes tormentosas de las capas superiores. Arrastradas alternativamente por corrientes de aire ascendentes y descendentes, las gotitas de agua congelada van aumentando de tamaño al cubrirse con sucesivas capas de hielo. Su tamaño definitivo depende del tiempo que pasen desplazándose por la nube. La mayoría tiene el tamaño de una semilla de uva cuando caen a tierra, pero muchos son mayores. Uno de los más grandes de que se tiene noticia medía 14 centímetros de diámetro y pesaba 680 gramos.

Los daños causados por el granizo pueden ser catastróficos y los peores estragos los sufre la agricultura. Como habitualmente cae en verano, cuando las tormentas son más frecuentes, llega a destruir cultivos enteros a punto para la cosecha.

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