Si se midieran dese la base hasta la cumbre, la más alta estaría en Hawaii.
Si se midieran las montañas desde la base a la cumbre, la más alta del mundo sería el Mauna Kea de las islas Hawai. Es un enorme volcán que se eleva unos 9,150 metros desde el fondo del mar, aunque sólo menos de la mitad de la montaña sobresale de las aguas.
Medidos desde el nivel del mar hasta la cumbre, los picos más elevados del mundo se localizan en el Himalaya. Esta gran muralla montañosa, que se extiende a lo largo de unos 2,500 kilómetros en Asia meridional, posee más de 30 picos, cuya altura supera los 7,300 metros. Como un gigante entre ellos, el monte Everest se yergue a la vertiginosa altura de 8,848 metros sobre el nivel del mar.
El punto más elevado de América del Sur es el Aconcagua, en Argentina, con 6,960 metros. El monte McKinley, en Alaska, ostenta este honor en América del Norte, con una elevación de 6,194 metros. Con su cumbre a 5,895 metros sobre el nivel del mar, el Kilimanjaro, en Tanzania, es el pico más alto de África, mientras que el de Europa es el monte Elbrus, en la Unión Soviética, de 5,642 metros. Incluso la Antártida tiene algunas elevaciones impresionantes; su montaña más alta es el macizo de Vinson, que alcanza 5,140 metros. El relieve es mucho más modesto en Australia, donde la cumbre más alta es el monte Kosciusko, de 2,230 metros.
¿Qué son los sistemas montañosos?
Los volcanes suelen alzarse en espléndido aislamiento. Ningún pico cercano resta grandeza al Kilimanjaro, en Tanzania, o al Etna, en Italia. Pero la mayoría de las montañas forman grupos o cordilleras que son cadenas de picos de origen más o menos parecido. Las cordilleras, a su vez, se encuentran a menudo entrelazadas, formando largos y complejos sistemas orográficos, como son las montañas Rocosas o el Himalaya. Tales sistemas tienen su origen, por lo común, en una diversidad de fuerzas orogénicas.
Aunque el Himalaya contiene las montañas más altas del mundo, el sistema de mayor extensión es el de los Andes, que se extiende desde las orillas del Caribe hasta las islas montañosas próximas al cabo de Hornos, a lo largo de 8,850 kilómetros por la costa occidental de América del Sur.
Algunas de las cordilleras que componen los Andes se formaron por el plegamiento o fractura de rocas sedimentarias. Otras se elevaron por el empuje de masas de magma llamadas batolitos. Además, en toda su extensión, los Andes están coronados también por majestuosos volcanes.