Antes de sufrir lesiones o infecciones, abandone estos hábitos que no favorecen la salud de los pies.
El cuidado de los pies queda siempre a mitad de camino. Sin embargo, apenas algo anda mal, el foco cambia por completo: de repente, cada paso se convierte en una cuestión imposible de ignorar, ya sea una diminuta ampolla en un dedo o un fuerte dolor en el arco.
A continuación, dos expertos en podología hablan sobre los malos hábitos y explican por qué podrían ser riesgosos, a la vez que sugieren qué hacer para evitar ese costo y el dolor de una futura lesión.
1.Anda descalzo o usa calzado poco resistente.
Pasar mucho tiempo descalzo o con un calzado endeble puede ser perjudicial. De hecho, los podólogos han atribuido a esta razón el dolor de pies en sus pacientes durante el período de confinamiento por COVID-19, en particular, el aumento de fascitis plantar. La idea de que “estar descalzo es mejor para todos» es un error común, según afirma la Dra. Kaitlyn Laube Ward, experta en podología, cirujana matriculada de pies y tobillo, del centro Voyage Healthcare, en Minnesota, Estados Unidos, y residente experta de la empresa ZenToes.
Sin un calzado resistente, quienes tienen pie plano o arcos altos pueden sufrir fascitis plantar, además de síndrome por uso excesivo en los tendones que sostienen el pie, como agrega el Dr. Jeffrey M. DeLott, cirujano especialista en pie del centro Hartford HealthCare del Instituto Ortopédico de Connecticut.
Qué hacer en cambio: opte por calzado que contenga los pies de forma adecuada cuando deba usarlos por períodos prolongados. Existen zapatillas específicas para correr, y también otras para caminar, levantar peso y prácticamente cualquier tipo de actividad física.
Caminar un rato descalzo en casa está bien, pero si pasará mucho tiempo de pie o experimenta dolor en el arco o el talón, mejor invierta en un calzado cómodo. DeLott también recomienda reservar un par de zapatillas con buen soporte para rutinas de ejercicio de alto impacto, incluso si las realiza en casa. Cuando hace ejercicios pliométricos (saltos), los pies necesitan estabilidad y amortiguación para evitar lesiones por uso excesivo, como explica el experto.
2. Usa zapatillas gastadas o inadecuadas para correr
Las zapatillas para correr no duran para siempre. Soportan entre 500-800 km de uso, como señala la Dra. Ward, es decir, unos 7-12 meses para una persona que corre unos 15 km por semana. Pasado su momento de calidad óptima, aumentará el riesgo de experimentar incomodidad y lesiones, porque la media suela mullida se aplana y la mayor parte del impacto se descarga en sus pies.
Y las suelas y bandas externas también se desgastan, lo que puede exigir ciertos tendones y aumentar las caídas. Usar el mismo calzado año tras año tampoco es adecuado para su pie. Los zapatos no solo se deforman, sino que, además, el largo y el ancho de los pies cambia con el tiempo, según comenta la Dra. Ward.
Para correr, es importante encontrar el calce ideal: ni muy ajustado ni muy grande. De otro modo, aumenta el riesgo de desarrollar callos, ampollas y uñas lastimadas.
Qué hacer en cambio: reemplace sus zapatillas de correr una vez superados los 500-800 km de uso, si advierte un descenso en su rendimiento, o ante la aparición de nuevas molestias y dolores. La Dra. Ward sugiere visitar una tienda de deportes todos los años para que le midan los pies con precisión.
Además, según explica, el mejor momento para hacerlo es durante las últimas horas del día (cuando los pies están un poco hinchados). Asegúrese de que exista una distancia igual al ancho de la uña del pulgar entre el dedo más largo de su pie y el extremo del calzado y que la puntera no apriete ni el pulgar ni el meñique, para evitar la aparición de juanetes o dedos en martillo.
3. Intenta arreglar usted mismo las uñas encarnadas de los pies
Puede ser tentador intentar desenterrar una uña del pie que se ha abierto paso por debajo de la cutícula con fuerza bruta. Sin embargo, los expertos recomiendan rotundamente no hacerlo. Practicar una “cirugía de garaje», tal como lo describe la Dra. Ward, solo lo volverá más vulnerable a contraer una infección. Es probable que tampoco tenga los anestésicos que usa un médico (y mucho menos, la experiencia necesaria), por lo que podría lesionarse de forma grave.
Qué hacer en cambio: busque la ayuda de un profesional, como su médico clínico o, mejor aún, un especialista en pie, si tiene una uña encarnada o cualquier tipo de dolor o inflamación en el área. El experto podrá brindarle el cuidado que necesite y evitar una infección secundaria, como aconseja el Dr. DeLott. Mientras tanto, si lo que busca es algo de alivio, la Dra. Ward sugiere un baño tibio con sales de Epsom: disuelva una taza en aproximadamente cuatro litros de agua en un recipiente y deje reposar los pies allí durante unos 15 minutos.
4. No usa medias al practicar actividad física
Pies descalzos más calzado más movimiento: igual a un montón de ampollas, callos y uñas lastimadas (por falta de amortiguación mullida). Por eso, conviene usar medias al hacer ejercicio, como afirma la Dra. Ward. Cuando no usa medias, aumenta también el riesgo de desarrollar infecciones fúngicas, como pie de atleta. Como señala la Dra. Ward: “los hongos buscan espacios cálidos, húmedos y oscuros».
Qué hacer en cambio: use un par de medias limpias y secas para hacer ejercicio (o incluso caminar durante un buen rato). Y un consejo de profesional: si se viste inmediatamente después de bañarse, como en el gimnasio, seque bien los dedos y los espacios entre estos. Algunos expertos sugieren usar un secador de pelo.
5. Fuma o consume cualquier otra forma de nicotina
Fumar colma el organismo de químicos cancerígenos y vapear daña los pulmones. Cada vez es más evidente que los productos con nicotina causan, como mínimo, problemas de encías y molestias gastrointestinales. Sin embargo, también hay problemas circulatorios.
La exposición a la nicotina puede dañar los vasos sanguíneos e irritarlos o contraerlos, como explica el Dr. DeLott. Esto es muy malo para los pies, que son más proclives a recibir un flujo circulatorio más débil, según explica.
Qué hacer en cambio: evitar los productos que contengan nicotina. La terapia de reemplazo o el uso de parches o pastillas con bajas dosis de esta sustancia pueden ser de gran ayuda cuando se busca reducir a cero el consumo.
6. Ignora o soporta dolor o lesiones en los pies
Según el Dr. DeLott, es común que las personas dilaten el abordaje de sus problemas de pies. Tal vez no desean tratamientos que restrinjan su movilidad. No es cierto el mito generalizado de que sentir cierto grado de dolor en los pies sea “normal, en especial, con el paso del tiempo», advierte la Dra. Ward. Y el problema es que las molestias empeoran si no son atendidas. Cada paso puede agravar las lesiones no tratadas.
Qué hacer en cambio: consulte a un profesional. DeLott admite que muchos tratamientos pueden ser molestos o costosos, como usar calzado específico o plantillas especiales, modificar su rutina de ejercicio o usar un soporte que limite su movilidad. Cuanto antes trate el problema, menores serán las chances de que se transforme en un cuadro grave.