¿Qué puedo estar haciendo mal? Aquí le dejamos enumerados algunos consejos para que entienda cuál es el motivo por el que su amiguita verde se viene abajo.
¿Exceso de riego o algo más?
- El agua de riego debe estar a temperatura ambiente. Tenga especial cuidado en invierno, cuando el agua de la canilla sale más fría. Con escasas excepciones, a las plantas les sienta mejor que la tierra se seque un poco entre riego y riego, y no que esté húmeda todo el tiempo. Hay muy pocas plantas que prefieran esta última opción, una de ellas es la azalea indica. Los riegos violentos desnudan las raíces, provocando la formación de una corteza superficial.
- Lo mejor es regar con vaporizador, pero lleva mucho tiempo. Puede utilizar una regadera con muchos y pequeños orificios. Direccione el agua hacia la tierra y no hacia las hojas. Una regla de oro en relación con el riego, es que hay que realizarlo con mayor frecuencia en primavera y verano, y con menos asiduidad en invierno, cuando las plantas están menos activas. Tener presente que el grueso del sistema radical se encuentra en el tercio inferior de la maceta y en el centro. A veces una planta está sufriendo, porque, aunque la superficie está húmeda, el agua no llega hasta las raíces. Simplemente levantando el tiesto y sintiendo su peso podemos darnos cuenta de que las raíces están secas.
- Riego excesivo. Un indicio de este problema, muy común en invierno, es que las hojas se ponen amarillas, fláccidas, y luego se caen. En este caso puede realizar un trasplante hacia una maceta limpia y con tierra buena, sin hongos.
Orificios de drenaje tapados
- Las plantas se estropean enseguida cuando el agua no drena bien. Si al echar agua sobre la superficie, tiende a quedarse allí en lugar de drenar, esto indica que los agujeros de la base de la maceta están obstruidos. Una de las causas más frecuentes de este tipo de obstrucción son las pieles de gusanos que tapan los orificios. Dé vuelta el recipiente sosteniendo la planta, limpie la base, golpee el costado de la maceta sobre el borde de una mesa para aflojar la planta, y si fuera necesario destape los orificios con cuidado.
Tierra demasiado compacta
- También se acumula el agua en la superficie cuando la tierra se compacta en exceso. Para solucionarlo utilice un lápiz y remueva la capa superior de tierra, sáquela y reemplácela por una nueva.
Plantas sedientas
- Podemos intentar salvar las plantas que por falta de riego ven caer su follaje, o lo han perdido total o parcialmente. Es preferible evitar administrar grandes cantidades de agua por el conocido método de sumergir la maceta en un recipiente, pues las raíces no realizan su función de absorción, corriendo el riesgo de que puedan pudrirse. Por el contrario, riegue ligeramente, vaporizando el follaje con el agua cuya temperatura sea ligeramente superior a la temperatura ambiente. Es necesario repetir esta operación frecuentemente para obtener un buen resultado. Elimine las hojas que verdaderamente se encuentren en mal estado. También puede cortar las otras cuando su limbo (parte plana de una hoja) sea muy amplio y tierno, para limitar la evaporación.