Si bien es un problema fácil de tratar, es necesario identificar las causas subyacentes.
Hace más de dos décadas, el laboratorio Pfizer cambió con su milagroso Viagra (sildenafil), la vida de muchos hombres con disfunción eréctil. En 2017 expiró la patente de esta «pequeña pastilla azul» y el mercado cambió drásticamente de nuevo. Pfizer introdujo su propia versión genérica a la mitad de precio surgiendo más competidores en el mercado. Aunque parezca mentira, tanto el Viagra como otras pastillas, están al alcance de nuestra mano: en muchas farmacias se puede comprar sin receta médica, incluso hasta online.
La demanda potencial de estas pastillas es enorme. Según el Estudio sobre el Envejecimiento del Hombre de Massachusetts, más del 50 por ciento de los hombres con edades comprendidas entre los 40 y 70 años, han sufrido alguna vez disfunción eréctil (y el número aumenta con la edad). Pero eso no significa que sea inevitable. «Los hombres mayores que gozan de buena salud pueden aún tener buenas erecciones», afirma el doctor Guy T’Sjoen, director del Departamento de Endocrinología y del Centro de Sexología y Género del Hospital Universitario de Gante, en Bélgica.
Sin embargo, la disfunción eréctil suele ser a menudo una señal de algún otro problema subyacente. Los más graves son las enfermedades coronarias, la diabetes y la presión arterial alta. Con la disfunción, la sangre no fluye hacia el pene, pero dentro de unos años, podría no fluir hacia el corazón. Un estudio de 2018 indicó que los hombres con disfunción eréctil tenían el doble de probabilidades de sufrir un infarto o un derrame cerebral en los cuatro años siguientes.
Por ello, los médicos, a menudo empiezan evaluando estas enfermedades antes de buscar otros culpables: algunos medicamentos, como por ejemplo los antidepresivos ISRS y los anticoagulantes, o los desequilibrios hormonales por problemas de tiroides o niveles bajos de testosterona.
La disfunción eréctil también puede estar provocada por un estilo de vida poco saludable: la obesidad, el tabaco y la vida sedentaria aumentan su riesgo. Lo bueno es que los programas de pérdida de peso y el ejercicio son muy eficaces, y los fumadores, incluso los que lo son desde hace mucho tiempo, notan con frecuencia una rápida mejoría si dejan de fumar.
Y, por supuesto, siempre está la opción de los medicamentos sildenafil que relaja los vasos sanguíneos en el pene permitiendo que fluya más sangre y pueda originarse una erección natural como respuesta ante un estímulo sexual (tomando la pastilla por sí sola, no se conseguirá). Sin embargo, el sildenafil debe tomarse una hora antes del inicio de la actividad sexual y solo funciona durante las cuatro horas siguientes, algo un poco incómodo.
Otro de los medicamentos más populares es el tadalafil, que no tiene las mismas limitaciones de tiempo. «La apodamos la pastilla del fin de semana porque sus efectos pueden durar hasta 36 horas», afirma T’Sjoen.
No obstante, el doctor aconseja a los hombres acudir a un psicólogo para tratar el estado de ansiedad que genera la desesperación de no conseguir una erección y que puede desarrollarse durante un período de disfunción eréctil.
Y les recuerda a todos ellos que no sean tímidos a la hora de plantear sus problemas al médico. Los tratamientos farmacológicos son fáciles y efectivos, y es mejor prevenir un problema mayor. «Tener erecciones es señal de buena salud tanto mental como física, y si sufre de disfunción eréctil, es una advertencia —afirma—. Realmente alentamos a los hombres a que hablen con su médico; puede ser un salvavidas».