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La diabetes y las Fiestas

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Te dejamos 7 sugerencias para que la diabetes no se convierta en una preocupación durante las festividades. Y además… ¡ Una receta tan rica como saludable para que te luzcas!

1. Cambiá el foco

La mayoría de las festividades se relacionan con determinados alimentos (la Navidad en tu casa no sería la misma sin el pavo al horno de tu tía), pero eso no quiere decir que la comida deba ser el foco. Mejor involucrate en otros rituales que implican las festividades, como los obsequios, los fuegos artificiales, los disfraces, los villancicos, la decoración del árbol de Navidad o en escribir tarjetas con deseos para el Año Nuevo.

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2. Hacé que un familiar insistente comparta tu punto de vista

¿Quién no tiene un primo, tío o suegra insistente que no parece estar satisfecho hasta que nos servimos varias raciones de su especialidad? Si no aceptan un simple “No, gracias”, confesale que no podés resistirte a su tarta especial, pero que el médico y el nutricionista insisten en que tenés que controlarte. Si acaba cediendo, servite una pequeña ración y pedí ayuda —frente a los demás— para evitar servirte de nuevo.

3. Rechazá la comida con una sonrisa y un cumplido

Cuando tengas que rechazar la comida que un pariente o amigo ha preparado con cariño, dejá en claro que simplemente estás evitando algo que no está permitido en tu plan alimentario.
¿Cómo evitar herir sus sentimientos? Decí “No, gracias” en tono melancólico, y luego expresale lo delicioso que luce su budín. Incluso podés decirle que te encantaría darle la receta a un amigo que adora ese postre, o hacerle preguntas sobre su técnica de decoración. Pronto, el cocinero se va a sentir tan halagado que se va a olvidar que no probaste bocado.

4. Anticipate y llená la heladera con comida saludable

Todos estamos muy ocupados durante las festividades, y la mayoría queremos pasar el tiempo haciendo compras, decorando o visitando a amigos y familiares, lo cual nos deja menos tiempo para preparar comidas saludables. Poné manos a la obra varias semanas antes, preparando comidas destinadas específicamente para la heladera. Lo vas a valorar después, cuando puedas simplemente meter una de esas comidas en el horno o en el microondas y dedicar tu tiempo a festejar.

5. El “permitido”

Evitá comer galletas dulces, pero ahorrá algunas calorías en tu “presupuesto” para probar platos caseros y especiales, como el pan dulce de Navidad que prepara tu esposa. Hacer el ejercicio para saber con qué consentirte y qué evitar, es muy parecido a elaborar un presupuesto para el dinero que tenés ahorrado: ¿querés desperdiciarlo en algo que podé comprar en cualquier parte, o en un recuerdo muy especial? Pero no te prives totalmente en los días festivos, pues con el tiempo tu fuerza de voluntad flaqueará y terminarás comiendo de más.

6. Llevá una bandeja con verduras o frutas

Aunque no te hayan pedido llevar nada a la fiesta de fin de año de tu vecino, no llegues con las manos vacías. Prepará una bandeja llena con tus frutas y/o verduras preferidas, junto con un aderezo bajo en calorías y grasa. Si los comés antes o durante la cena, vas a estar menos tentado a saciarte con alimentos que superen tu consumo permitido de calorías.

7. Controlá más a menudo el azúcar en la sangre

A pesar de tus mejores intenciones, es posible que comas más, o de manera distinta, que el resto del año. Si cenás en la casa de amigos o familiares, quizá no puedas calcular adecuadamente la cantidad de carbohidratos que ingerís, ni sepas cómo afectarán el nivel de azúcar los alimentos que están en la mesa, así que es de suma importancia que revises tus niveles de azúcar en la sangre con frecuencia, sobre todo después de comer. Recordá que las pautas generales indican que los niveles de glucosa deben estar entre 90 y 130 mg/dl antes de las comidas, en menos de 180 mg/dl dos horas después de empezar a comer, y en menos de 140 mg/dl al acostarte.

Torta de yogur

Prepará una caja de 560 gramos de mezcla para brownies baja en grasa, de acuerdo a las instrucciones del paquete, y vertela en dos moldes redondos para torta de 20 centímetros de diámetro, forrados con papel manteca. Horneá según las instrucciones. Sacá la torta del horno y dejalo enfriar 10 minutos en el molde. Desmoldalo sobre una rejilla para enfriar, quitá el papel manteca y dejalo enfriar. Cuando esté frío, colocá una capa sobre una superficie de trabajo. Esparcí sobre ella 1 litro de yogur congelado “sin azúcar añadida” y 2 tazas de frutillas rebanadas. Cubrí con la otra capa de torta. Envolvelo con papel de aluminio suelto, y congelalo 3 horas. Cuando esté listo para servir, sacalo del congelador y dejalo reposar de 5 a 6 minutos. Rocialo con jarabe de chocolate, si querés. Cortalo en rebanadas de 2,5 centímetros de grueso.

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