Estudios recientes indican que el peso corporal cumple un papel determinante en la salud del corazón.
El 19 de junio pasado el mundo lamentó la muerte del admirado y talentoso actor de televisión James Gandolfini a causa de un infarto, a los 51 años de edad. El doctor Sanjay Gupta, corresponsal médico de la cadena CNN, señaló que no es común que las personas tengan infartos antes de los 60 años, pero factores de riesgo como la obesidad, el tabaquismo, la falta de ejercicio y el estrés pueden provocar ataques cardíacos prematuros.
Con la epidemia de obesidad que hoy día cunde en el mundo, el peso excesivo ha superado al tabaquismo como la principal causa de infartos prematuros, declaró a Reuters el cardiólogo Peter A. McCullough. En un estudio de 2008 que este médico dirigió y publicó en el Journal of the American College of Cardiology, se observó que personas obesas sufrían un primer infarto 6,8 años antes que las que tenían un peso más saludable. Y sujetos con obesidad mórbida (un índice de masa corporal mayor a 40) sufrían un primer ataque cardíaco 12 años antes que los que tenían un peso normal.
Otro estudio, publicado en 2011 en la revista Heart, de la Asociación Estadounidense de Cardiología, reveló que hombres obesos de edad madura tenían un 60 por ciento más probabilidades de morir de un infarto que los hombres no obesos de la misma edad, porcentaje que se mantenía incluso después de considerar factores como los niveles de colesterol y la presión arterial.
“Esto significa que, en sí misma, la obesidad podría ser la causa de ataques cardíacos letales a través de la acción de un factor que aún no hemos identificado”, comentó al diario USA Today Jennifer Logue, conferencista en temas de medicina metabólica del Centro de Investigación Cardiovascular de la Fundación Británica de Cardiología, en la Universidad de Glasgow.
Logue señaló que las células grasas al parecer liberan sustancias inflamatorias que dañan el sistema cardiovascular, y que las personas obesas pueden presentar agrandamiento cardíaco para compensar los esfuerzos que impone su mayor peso y corpulencia. Esto puede forzar excesivamente el corazón y hacerlo más vulnerable en caso de infarto.
La obesidad: una enfermedad grave
El lamentable deceso de James Gandolfini ocurrió poco después de un anuncio de la agrupación de médicos más grande de su país, la Asociación Médica Estadounidense, cuyos miembros decidieron clasificar la obesidad como una enfermedad, más que como un factor de riesgo que contribuye a la aparición de las cardiopatías y otros males de salud.
El propósito de considerar la obesidad un padecimiento grave, más que un factor de riesgo de otras enfermedades, es que las personas obesas comprendan que su condición puede deberse a complejos cambios en la química del cuerpo y el cerebro que dificultan mucho bajar de peso, y que los médicos se sientan alentados para desempeñar un papel más activo en el control de peso de sus pacientes, comenta el doctor Louis Aronne, director del Programa Integral de Control de Peso en el Hospital New York-Presbyterian/Centro Médico Weill Cornell.
Bajar de peso da salud al corazón
Los expertos en enfermedades crónicas y control de peso señalan que bajar entre un 5 y un 10 por ciento del peso corporal excedente podría bastar para reducir en gran medida el riesgo de enfermedades, como las cardiopatías y la diabetes; sin embargo, la ciencia ha demostrado que para perder peso no basta con “comer menos y hacer más ejercicio”. El consumo excesivo de calorías, azúcar, sal y grasas procesadas cambia la comunicación entre las hormonas corporales, el tracto digestivo y el cerebro.
El doctor Aronne dice que la incapacidad de bajar de peso no se debe a la falta de fuerza de voluntad ni a la pereza. La obesidad es una enfermedad, y requiere tratamiento como cualquier otra. Si ha luchado para bajar de peso sin conseguirlo, acuda al médico para que lo oriente.