La alta exposición al sol incrementan los riesgos para la piel. Sabé si estás en peligro.
A pesar de las campañas de divulgación acerca de los cuidados con el sol, muchas personas desarrollan melanomas cada año. En las siguientes páginas se mencionan 3 creencias comunes sobre el melanoma y por qué podrían ser errores mortales.
MITO 1: “Sólo aquellas personas que pasan mucho tiempo al sol están en riesgo”.
Es cierto que la exposición a la radiación ultravioleta (UV) aumenta nuestro riesgo de tener un melanoma, ya que más del 80 por ciento de los melanomas es causado por el sol. Sin embargo, la exposición alta a la luz ultravioleta durante los fines de semana o las vacaciones es más probable que dañe las células de la piel y cause melanoma en comparación a tomar un poco de sol cada día.
Las personas que viven en climas cálidos, próximos al Ecuador, tienen un mayor riesgo, pero aquellas que habitan zonas más frías no están necesariamente a salvo. “La temperatura no guarda relación con la radiación; puede darse un día frío con mucho UV”, dice Grant McArthur, profesor asociado del Centro contra el Cáncer Peter MacCallum en Melbourne, Australia. “Todo tiene que ver con el lugar del planeta en el que uno esté”.
El mayor riesgo viene de la exposición al sol en los primeros años de vida, por lo que es tan importante proteger a los chicos y enseñarles hábitos seguros frente al sol. También es importante considerar dónde se pasan las vacaciones y los hábitos que se tienen en ellas.
Los investigadores creen que esta exposición intermitente a la luz UV, quemarse en las vacaciones o los fines de semana, probablemente dañe más las células de la piel y cause melanoma en comparación a tomar un poco de sol todos los días.
Cómo reconocer el melanoma
El primer signo de melanoma es normalmente un cambio en la apariencia de una peca o un lunar, o incluso la aparición de una nueva mancha. Consulte a su médico si observa un cambio en:
- Color: si el lunar está lleno de manchas, con una serie de colores incluidos marrón, negro, azul, rojo, blanco o gris.
- Tamaño: si crece rápido.
- Forma: si tiene un borde irregular, no es simétrico, o aumenta en altura o se vuelve escamoso.
Caso real:
Nicole Santer tenía 37 años cuando se dio cuenta de un nuevo lunar en la parte inferior de la espalda. No le preocupó, pero cuando comenzó a rozarle con los pantalones, fue al médico y se lo sacaron en un procedimiento de 15 minutos con anestesia local. Le pidieron que llamase por teléfono dentro de una semana para obtener los resultados rutinarios de la patología.
El teléfono de Nicole sonó a la mañana siguiente. Su lunar era un melanoma maligno, explicó el doctor. “Es necesario que veamos esto mañana”. El examen mostró que células cancerígenas habían penetrado cuatro centímetros en su piel. Después de una cirugía mayor y de administraciones diarias de cuatro horas del medicamento interferón durante cuatro semanas, Nicole ahora no tiene cáncer. Pero advierte a todos de que no sean complacientes con sus riesgos. Cuando era adolescente, Nicole pasaba horas en la playa, y embadurnarse con crema solar no era prioritario para ella. Ahora se da cuenta de que su actitud despreocupada casi le cuesta la vida. “Si lo hubiese dejado otro mes, podría haberme muerto”, dice esta madre de dos niños.
MITO 2: “El melanoma es algo que solamente afecta a las personas mayores”.
Las posibilidades de desarrollar melanomas aumentan con la edad, pero los jóvenes también pueden tener cáncer. El mayor riesgo proviene de la exposición al sol en los primeros años de vida, por lo que resulta importante proteger a los chicos, además de enseñarles a tener hábitos seguros frente al sol.
El vínculo entre el sol y el melanoma es más fuerte que el existente entre el tabaco y el cáncer de pulmón, y cuanto más tiempo uno está expuesto al sol, más aumenta el riesgo. Cada vez que usted se broncea es una señal de que el ADN de las células está siendo dañado por la radiación UV. En teoría, solo una quemadura de sol podría llevar al melanoma.
MITO 3: “No hay cura para el melanoma”.
Aproximadamente el 90 por ciento de la gente diagnosticada con un melanoma queda curada después de pasar por cirugía, pero el 10 por ciento restante, cuyo melanoma se ha extendido, tiene un serio problema. Hasta ahora, los médicos han podido hacer poco para ayudarlas. Sin
embargo, la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos aprobó dos nuevos tipos de medicamentos que deberían estar disponibles en Sudamérica en los próximos dos años.
- Uno de ellos, el Ipilimumab, estimula el sistema inmunitario del cuerpo para atacar las células con melanoma, y mejora la supervivencia en gente con melanoma metastático avanzado.
- Los otros , Vemurafenib y GSK2118436, se centran en el gen del cáncer. Su acción impide dividirse a la célula evitando, de este modo, la muerte natural de la misma. “Es una terapia dirigida que ataca el talón de Aquiles de la célula, y tiene pocos efectos secundarios”, comenta el profesor Kefford.