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Cómo cuidar tu corazón

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Consejos útiles para cambiar los malos hábitos de alimentación que perjudican tu corazón.

¿Quiere prueba del potencial no aprovechado del corazón? Considere la isla japonesa de Okinawa, donde existen 67 personas con más de 100 años de edad por cada 100.000: en la Argentina son apenas 7.

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La tasa de mortalidad de Okinawa por enfermedad cardíaca es mucho más baja que en Occidente, y las investigaciones han encontrado que se debe más que nada a un estilo de vida saludable. Los habitantes de Okinawa:

  • consumen una dieta moderada rica en frutas, verduras, proteína de soja y pescado y baja en grasa saturada.
  • Hacen ejercicio todos los días y
  • practican una actitud relajada ante la vida conocida como taygay.

Si viviéramos más como ellos, tal vez podrían cerrarse muchas de nuestras unidades de cuidados coronarios. Llegó la hora de actuar. Siga estos consejos útiles para cambiar malos hábitos de alimentación.

8 formas de escapar de la trampa de grasas trans:

  •  Elija margarinas suaves y no de las duras en bloque, busque marcas con el menor contenido de grasas trans.
  • Para saltear use aceite de oliva.
  • Añada nueces picadas o en copos o semillas de girasol en ensaladas, en lugar de panceta.
  • Como refrigerio, coma un puñado de frutos secos sin sal, en lugar de papas fritas. Pruebe la crema de maní sobre tallos de apio, o bien los tallos de apio con queso crema descremado.
  • En el supermercado donde acostumbra comprar, identifique los pasillos que tienen estos alimentos procesados, y evítelos
  • Si compra alimentos procesados, elija aquellos con menos grasa y no piense que son buenos, sino menos dañinos.
  • Reduzca sus visitas a los lugares de comida rápida. Aun así, evite consumir las papas fritas. Pida ensalada, papa al horno o fruta
  • Si tiene tiempo, prepare sus propios panes y tortas, en lugar de comprar las versiones con grasas trans. Prepare extra y congele.

7 formas para dejar el hábito de la sal

Pruebe estas estrategias para reducir su consumo y en dos semanas, no la extrañará.

  • Omítala en recetas o reduzca el sodio un 25 por ciento al medir la misma cantidad de sal de cocina (los granos gruesos no se compactan tanto en una cuchara de medir).
  • Retire el salero de la mesa. Si no está a mano, es probable que no piense en añadir sal a su comida.
  • Use otros saborizantes como hierbas y especias, limón o mostaza. Use especias como semillas de cilantro y tomillo para añadir sabor a pescado y verduras cocidas.
  • Elija las variedades “sin azúcar o sal añadida” de alimentos enlatados, puré de tomate, verduras cocidas, arroz, manteca, patés, etcétera.
  • Los alimentos procesados, como sopas enlatadas, suelen contener niveles muy altos de sal. Utilice una licuadora o un procesador para prepararlas usted mismo.
  • Coma panqueques, papas, maníes y condimentos sin sal.
  • Sazone las verduras cocidas añadiendo la ralladura y el jugo de un limón.

4 formas de reducir azúcares añadidos en la comida

Estas son cuatro formas para reducir los azúcares añadidos en su dieta.

  • Disfrute de productos dulces naturales, como frutas frescas, congeladas (sin jarabe), en lata en su propio jugo o deshidratada sin azúcar. La fruta proporciona fibra, vitaminas, minerales y antioxidantes.
  • Limite “dulces líquidos” como jugos de frutas procesados y gaseosas.
  • Si toma un refresco, elija uno sin azúcar. Pruebe el agua mineral gasificada, con jugo de naranja o limón y disfrute el agua sola refrescante.
  • Lleve sus anteojos de lectura, si es necesario, al supermercado. Muchos productos, como puré de manzana, tomates estofados, porotos en lata y salsa para pasta contienen azúcares. Debe haber disponible una versión más natural.
  • Trate de no añadir azúcar a los cereales ni al café. Muchos cereales ya están endulzados (lea la etiqueta) y quizás se acostumbre pronto a bebidas no endulzadas. Al final, quizá prefiera ese sabor.
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