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Todo por mi hermano

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Una joven ayuda a crear conciencia sobre los peligros en el manejo. Encontrá los resultados de la encuesta realizada en rdselecciones.com.

La muerte de Federico impulsó a Malén a crear conciencia sobre los peligros en el manejo.

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“Ocúpense de que nuestro futuro no sólo sea óptimo, sino también de que lleguemos y podamos vivirlo”. La frase sonó con fuerza en la Casa Rosada. El destinatario del pedido era el entonces presidente de la Argentina: Néstor Kirchner. Su autora, Malén Ecker, de 20 años.

El 8 octubre de 2006 fue el día en que la vida de Malén, de entonces 19 años, dio un giro inesperado. El micro de doble piso en el que volvía junto a sus amigos del colegio Ecos de un viaje solidario desde la provincia de Chaco, por la ruta 11, fue embestido de frente por un camión cuyo conductor estaba alcoholizado. Por el fortuito hecho de ir en la parte trasera del ómnibus, Malén pudo salir caminando por entre los restos del vehículo destrozado, pero Federico, su hermano menor de 16 años, ocho estudiantes más y una profesora fallecieron a causa del impacto con el camión.
Lo ocurrido aquella noche le dejó muchos interrogantes a Ma-lén: ¿por qué justo chocó  el ómnibus en el que viajábamos?, ¿por qué mi hermano tuvo que morir?; pero también, varias certezas: “Poco a poco, entendí que lo que sucedió no fue un accidente, sino el resultado de muchas causas que participaron para que ocurra algo que  podía haberse evitado”.

Por eso, semanas después de la tragedia, cuando los padres se juntaron para compartir su dolor, surgió la necesidad de trabajar en conjunto para evitar que haya más muertes a causa de los accidentes viales.
Desde aquel día, sobrevivientes, familiares y amigos de las víctimas comenzaron una férrea lucha para ayudar a cambiar esta terrible realidad. Empezaron en silencio, con campañas de concientización en la vía pública, plazas y recitales, y siempre con la explicación de lo sucedido aquel fatídico día de octubre de 2006.

Además, también empezaron a juntar firmas para exigirle al gobierno nacional que la seguridad vial sea una política de Estado. “En la calle encontramos que había lugar para charlar con la gente, que estaba dispuesta a apoyarnos”, cuenta Malén.

Luego de obtener casi 400 mil adhesiones, sumadas al fuerte apoyo que recibieron de parte de artistas y medios de comunicación, el ahora ex presidente Néstor Kirchner recibió al grupo de padres y se comprometió a tomar medidas para empezar a solucionar el tema.


«Ocúpense de nuestro futuro», le dijo Malen a Kirchner.


En aquella reunión con el primer mandatario, Malén fue en representación de los chicos y le lanzó aquella frase que asombró a todos.En ese contexto, la joven, como sobreviviente y hermana de Federico, encontró su lugar. “Vivir todo eso me hizo notar que algo tenía que hacer, aunque sea mínimo”, comenta esta estudiante de medicina.
En abril de 2007, Malén participó, como representante de la Argentina, en el Primer Encuentro Mundial de Jóvenes por la Seguridad Vial organizado por la ONU, en Ginebra, Suiza.
Allí fue una de las oradoras y, ante más 400 personas, habló del accidente en el que murió su hermano, pero fundamentalmente de la necesidad de implementar medidas para que la gente tome conciencia y se eviten tragedias similares.

En esos tres días, Malén y los disertantes de otros países redactaron la Declaración de Jóvenes por la Seguridad Vial, en donde se comprometieron a adoptar acciones prácticas para mejorar la seguridad vial, a alentar a la gente joven para que se movilice y participe en programas y campañas de concientización, y a reclamar a los adultos para que asuman con mayor seriedad este tema.   

Asimismo, en dicho encuentro, se reclamó voluntad política a nivel nacional y regional para mejorar la seguridad vial, se instó a colegios y universidades a impartir nociones de seguridad vial entre los jóvenes, a los medios de comunicación a informar más sobre esta materia y a promover el uso del cinturón de seguridad.
Pero más allá de todo, el encuentro le reveló a Malén un hallazgo personal: “Descubrí que ayudar a los demás también me hace bien a mí; escuchar otras historias parecidas me permite sobrellevar mejor el accidente”.  

En estos dos años ni Malén ni los familiares de otras víctimas cejaron en el esfuerzo por crear conciencia social sobre la situación vial argentina. “Cada uno debe cuidar su propia vida y la de los demás, a través del cumplimiento de la ley”, concluye.

En agosto de 2007, el gobierno nacional firmó el Convenio Federal de Seguridad Vial, que contempla la intensificación de los tests de alcoholemia, la limitación de las velocidades máximas y el cumplimiento en las horas de descanso de los choferes de ruta, entre otras cosas.
Actualmente, el grupo de padres organiza jornadas de capacitación vial, de protección de la salud mental en emergencias, difunde las leyes de tránsito a la salida de recitales y publica constantemente informes en su página web (www.tragediadesantafe.com.ar).

En febrero de 2008, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner anunció un plan de seguridad vial y el pasado 9 de abril, el Congreso sancionó la ley 26.363 que creó la Agencia Nacional de Seguridad Vial.

Los recuerdos de aquella noche todavía siguen a flor de piel y la herida, si bien nunca cerrará, aún también está lejos de cicatrizar en Malén.
“Todo esto que hice me sirvió como un proceso interno, pero al hacerlo se movieron en mí muchas cosas, y no quiero estar pensando constantemente en el accidente. Necesito un tiempo para mí, y creo que es un proceso que nos pasa a todos. Uno deja de aparecer y al tiempo aparece otra vez, porque sabe que los padres continúan con esta causa”, concluye.

 


Los jóvenes, ¿manejan mal?

 


 

Resultados de una encuesta realizada a los usuarios de ar.selecciones.com en el mes de Septiembre.

 

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