Los chimpancés y otros primates demuestran con su uso de herramientas que tienen un intelecto capaz de comprender un problema, de resolverlo y de preverlo.
Antes de «cosechar» un termitero, los chimpancés seleccionan y preparan sus herramientas con extremo cuidado. Alisan la vara que utilizarán, para evitar que se atasque al retirarla; de otro modo, se caerían las termitas atrapadas. Esto nos demuestra que tiene un intelecto capaz de comprender un problema, de resolverlo y de preverlo.
Orangutanes con nuevas habilidades
Las únicas circunstancias en que se ha observado a los orangutanes en libertad manejar herramientas es cuando arrancan ramas para usarlas como armas, y cuando cortan las grandes hojas de las plantas como la mafafa u hoja elegante para fabricarse un paraguas. Sin embargo, en cautiverio son casi tan hábiles como los chimpancés.
Un orangután utiliza, por ejemplo, una vara para sacar las semillas que están atascadas en el piso de la jaula. También puede resolver la mayoría de los problemas que los científicos les ponen a los chimpancés.
Es posible que los orangutanes usen menos herramientas que los chimpancés porque su hábitat, el bosque de altura, es más rico en comida. Su vida ahí es menos difícil que la de los chimpancés, habitantes de los bosques caducifolios. También es posible que los chimpancés se hayan vuelto más creativos para poder sobrevivir. Entre ellos, cuanto más difícil es el entorno, mayor número de herramientas utilizan.
Mamá me enseñó a cascar nueces
Los chimpancés del parque nacional Tai, de Costa de Marfil, rompen las nueces con ramas o piedras. El procedimiento consiste en colocar el fruto en una roca o en la raíz de un árbol, que sirven como yunques, para golpearlo con la herramienta seleccionada. Pero, «¡Cuidado, hijo! No hay que dañar el contenido; debes aplicar solo la fuerza necesaria.» Un chimpancé con experiencia sabe ya que un golpe demasiado fuerte aplastará la nuez.
La colocación de la nuez en el lugar propicio requiere habilidad y práctica. La madre lo sabe hacer, y los infantes la observan sin perder detalle; además, devoran los bocados que les ofrece. Cuando crecen, ella les permite romper sus propios frutos, pero les proporciona la herramienta adecuada y les da las instrucciones necesarias: para comenzar, les coloca el «cascanueces» en las manos. Este es uno de los pocos ejemplos de auténtica enseñanza animal. Cuando deciden salir a recolectar nueces, los chimpancés preparan sus herramientas para usarlas en el camino. Pero a menudo también utilizan las piedras que encuentran cerca del nogal. El «cascanueces» debe tener la suficiente dureza para resistir el impacto; este es el segundo factor que debe considerarse, el otro es la fuerza del golpe.
En muchos casos los chimpancés fabrican sus herramientas antes de necesitarlas. Saben muy bien qué tipo de piedras pueden utilizar como «cascanueces», y por lo general recuerdan dónde las han dejado. Los estudios realizados en los chimpancés del parque nacional Tai han revelado que los individuos no solo recuerdan el sitio donde utilizaron por última vez determinada piedra, sino que también le siguen la pista cuando otro chimpancé se la ha llevado.
La técnica de los animales de este parque nacional parece haber cundido: los chimpancés de Guinea y los de Liberia presentan un comportamiento semejante.
