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Termoluminiscencia y magnetismo termorremanente

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Métodos para conocer la edad de las cosas.

Termoluminiscencia

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Minerales expuestos a la radiación natural como el barro empleado en cerámica acumulan electrones, cuyo número es una medida de la cantidad de radiación. Si dichos minerales se someten a temperaturas de 300 a 600°C, la energía radiactiva que contienen se libera en forma de luz, fenómeno llamado termoluminiscencia. Pues bien, los científicos pueden calcular la antigüedad de objetos de barro midiendo esa energía, con un margen de error de apenas 10%.

La termoluminiscencia puede usarse para identificar reliquias falsas de cerámica o de bronce (que tienen un núcleo de barro). Por ejemplo, en la década de 1970 fue sometida a análisis mediante termoluminiscencia una lámpara de cerámica del Museo Británico que se creía de origen romano: se demostró que fue hecha hacia 1920.

Método del campo magnético

La aguja de una brújula apunta siempre hacia el norte magnético del planeta y no hacia el norte geográfico señalado en los mapas. Pero el campo magnético de la Tierra cambia de vez en cuando y de acuerdo con un patrón irregular. Por ejemplo, hace 1.500 años la desviación con respecto al norte geográfico era aproximadamente 50% mayor que en el presente, y hace unos 5.500 años era apenas un 40% mayor.

Las partículas de óxido de hierro contenidas en las rocas de lava solidificada y en el barro se alinean con el campo magnético del planeta, así que si esos minerales son calentados en un horno, las partículas quedan fijas en la dirección hacia la cual apuntaban cuando estaban fríos. Pues bien, los científicos pueden medir esa dirección con un magnetómetro, lo cual ha dado origen a la técnica de datación llamada de magnetismo termorremanente. El campo magnético de una roca puede compararse con un diagrama cronológico de los cambios ocurridos en el campo magnético de la Tierra.

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