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Los nombres más raros del mundo

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Nombres con números. Más por designio del capricho que por amor a las matemáticas, algunos padres decidieron bautizar a sus hijos con una cifra.

Conozcamos estas historias extrañas de padres muy particulares

 

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Ciento Once Romero. El vagón 111 del ferrocarril peruano fue escenario del nacimiento del hijo de la familia Romero. Por eso se llama de esta manera. Nombres con números son más frecuentes de lo que pensamos: Orestes Segundo Cameroni, Settimio Cialfi, Carlos Quinto Niella, Tercero Chagas, Primero y Segundo Zenón Gorosito, Octavio Airaldi. Son algunos apelativos en los que el número se incorpora como nombre de pila y en algunos casos establece también su orden de prelación en términos de nacimiento.

 

Una mezcla rara de inglés y español es el caso de una familia venezolana que nombró a sus hijos Oneti- mio, Dostimio, Trestimio, Fourtimio, Fivetimio, Sixtimio y Septimio.

 

La familia de apellido Rosado, notables políticos del Estado de Río Grande do Norte, en Brasil, ha puesto números como nombres a todos sus hijos, y para hacer más simpático el tema, son todos en francés:

 

Un Rosado, Deux Rosado, Trois Rosado, Quatre Rosado… y así continúan. Dix-Huit Rosado fue diputado estadual y Vingteun Rosado, gobernador del estado.
El censo brasileño de comienzos de los años setenta divulgó algunos de los nombres sorprendentes que se encontraron. Uno de los más famosos, que incluso fue utilizado en anuncios publicitarios, es el de Um Dois Tres De Oliveira Quatro que, según algunas personas, representa la cantidad de hijos que tuvo la familia antes de que naciera el cuarto de ellos.

 

Pantaleón que fue empleado de mi hermano Jorge, tuvo mellizos y los llamó Pantaleón Uno y Pantaleón Dos. Situaciones más difíciles de clasificar son las que corresponden a Zero de Freitas, Milario Cardozo o Factor Antonio López Ojeda.

 

Una familia paraguaya de agricultores que cultivaba el llamado poroto habilla, conocido vulgarmente como “cuarentón”, dio a luz un hijo el 4 de enero de 1940, que coincide con una cosecha excepcional a quien llamó Cuarentón Vázquez Britos.

 

Once Libritas (panameño), lo que pesó al nacer. Julio Treintayuno es uruguayo. Valemás Verdún podría estar también en esta clasificación. Enero Quince Damatte, inscripto en Salto, Uruguay el 19 de enero de 1926.

 

Para culminar con la columna les cuento una historia de gauchos, de tierra adentro, tan particular y universal como todas las demás.

  • El padre: Baldomero Legarra casado con Gabina.
  • El lugar: un rancho en las afueras de Roque Pérez, en Buenos Aires.
  • Hijos: diez, hasta el momento en que empieza la historia.

 

Cuando se entera que hay undécimo, Baldomero, hombre de pocas palabras pregunta: “¿Otro más? Y bueno. ¡Si tiene que venir, que venga! Pero este es el último, ¿eh?
Y así adquirió identidad civil un nuevo argentino llamado Último Juan Legarra.

 

El mismo padre, la misma madre, un rancho un poco más grande en el mismo lugar.
Gabina, mate de por medio, le cuenta que hay otro Legarra en camino: “¡Y güeno! Ahura que hemos agrandado el rancho, es igual…”

 

El funcionario del registro civil no pudo evitar la pregunta en el momento de la inscripción:
—Pero, don Baldomero, no me dijo que el anterior era el último?
—No importa amigo, es igual… Anótelo Igual Nicasio Legarra.

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