¿Pensaste alguna vez que la proximidad y la comodidad física pueden mejorar la comunicación en tu familia? Mirá estas ideas alternativas para mejorar el diálogo.
Sentate al lado de tu pareja cuando tomes decisiones
Los científicos han descubierto que las personas que se sientan una al lado de la otra son más propensas a colaborar que las que se sientan de frente o en diagonal.
Bajá las luces
Una luz tenue puede hacer que la gente se sienta relajada y segura, y ayudar también a que las conversaciones sean más íntimas.
Conectá las generaciones
Las investigaciones demuestran que los niños que saben más acerca de los éxitos y fracasos de sus parientes son más resistentes y capaces de moderar los efectos del estrés.
Pónganse cómodos cuando charlen
Un estudio realizado por el Instituto Tecnológico de Massachusetts, la Universidad Harvard y la Universidad Yale indica que las personas son más flexibles y complacientes cuando se sientan en superficies acolchadas. Mi esposa y yo ahora tenemos las conversaciones difíciles sentados en el sofá, y las reuniones de familia, en la mesa de la cocina, que tiene sillas acolchadas.
Invitá a la abuela a casa
Según la antropóloga Sarah Blaffer Hrdy, los abuelos son el “as bajo la manga” de la humanidad. Una revisión de 66 estudios reveló que las madres que reciben ayuda de las abuelas en la crianza de los niños se estresan menos, y sus hijos se adaptan mejor que los niños que no conviven con sus abuelas.
Expresen lo bueno y lo malo que les ocurrió en el día
A la hora de cenar, cada miembro de la familia debe contar algo positivo y algo negativo que hizo o le pasó a lo largo del día. Numerosos estudios muestran que cuando los niños escuchan a sus padres y a sus hermanos expresar los altibajos que tuvieron durante la jornada, desarrollan empatía y solidaridad con la gente con la que conviven.
Adoptá la mentalidad de un soldado
“Cuando las necesidades de su familia entran en conflicto con las suyas, se ve obligado a tomar una decisión”, dice Jason McCarthy, un ex miembro de las Fuerzas Especiales del Ejército de los Estados Unidos. “O decide apoyar a los demás, o se pone en contra de ellos”. Aprovechá la disyuntiva para demostrar lealtad a tu familia.
Hacé un diagrama de tareas domésticas
Trazá tres columnas y etiquetalas con estos encabezados: “Por hacer”, “En proceso” y “Terminadas”. Conforme cada miembro de la familia empiece a ocuparse de las tareas que le corresponden, se moverá de la primera columna a la segunda, y luego a la tercera. “Les garantizo que trabajarán el doble”, dice Jeff Sutherland, uno de los firmantes del Manifiesto por el Desarrollo Ágil de Programas Informáticos.
Rechazá la rigidez en la interacción familiar
Las investigaciones muestran que lo más conveniente es ser flexible, ya sea con la estrategia que usás para hacer que todos salgan a tiempo por la mañana o con las técnicas que utilizás para disciplinar, entretener o inspirar a tu familia.
Usá los deportes para bien
Los padres tienen el trabajo más importante cuando se trata de la experiencia de un niño con el deporte, dice Jim Thompson, fundador de la Alianza de Entrenamiento Positivo. Después del partido, evitá detallar los errores de tu hijo. “Decí: ‘No pegaste un hit pero creo no eres el tipo de persona que se rinde fácilmente’”, dice Thompson.
Reúnanse con frecuencia
“Las reuniones familiares son un tiempo programado para llamar la atención sobre comportamientos específicos”, dice David Starr, autor del informe Prácticas Ágiles para familias. “Si no tienen un entorno seguro para discutir sus problemas, cualquier plan para mejorar a su familia se quedará estancado”.
Colocá los muebles en círculo
En la década de 1950, un psiquiatra británico se dio cuenta de que los pacientes interactuaban socialmente más cuando se sentaban uno frente a otro en vez de lado a lado. La misma regla aplica para las familias. Si quieren tener reuniones familiares más integradas, siéntense en un O, no una L o una V.
Dejá de “tutear”
En su lugar, usá el ‘nosotros’: “Tenemos que comunicarnos mejor” resolverá una pelea más rápido que “Nunca me dices lo que está mal”, dice James Pennebaker, psicólogo de la Universidad de Texas y autor de La vida secreta de los pronombres.
Evitá las discusiones difíciles de las 6 a las 8 pm
Dos psicólogos de Chicago determinaron que esa ventana de dos horas es el momento más estresante del día, ya que los padres vienen de una jornada de trabajo llena de tensión, los niños están cansados y todos convergen en casa al mismo tiempo.
Limitá los argumentos
John Gottman, de la Universidad de Washington, encontró que los puntos más importantes en cualquier argumento se pueden hallar en los primeros tres minutos. Después de eso, dice, la gente a menudo se repite hablando cada vez más alto.