Inicio Vida Cotidiana Perdí a un amigo… ¿cómo supero esa ruptura?

Perdí a un amigo… ¿cómo supero esa ruptura?

7
0
Pelea con amigo

Todos lo atravesamos alguna vez: la pérdida de ese amigo que parecía inseparable. Cómo dejar ir y comprender lo que pasa.

Desde niños cultivamos amistades. Esos vínculos horizontales donde nos tratamos de igual a igual favorecen nuestra vida mental y social como casi ningún otro. Muchas veces nuestra autoestima y motivación para abordar diferentes situaciones está en estrecha relación con la calidad de nuestras amistades.

Publicidad

Sin embargo, no son siempre relaciones eternas. Cuando hablamos de rupturas, prácticamente todos pensamos en relaciones románticas. A casi nadie se le pasa por la cabeza la amistad, como plantea esta nota del portal Revistagq.com. ¿Por qué no?

Básicamente porque tenemos el concepto de ruptura asociado a un evento dramático y nos sentimos tan apegados a nuestros amigos más cercanos, que nos parece imposible que dicha unión pueda romperse. Sin embargo, cuando ocurre, puede convertirse en una de las experiencias más dolorosas de nuestra vida.

Cómo es la ruptura con un amigo

La ruptura con un amigo puede ser tan desgarradora como una de pareja o, incluso, más. Las rupturas románticas normalmente se acaban superando y, aunque nos acordemos de esa persona, no solemos hacerlo con la misma nostalgia con la que recordamos a una persona que fue amiga y tuvo un papel fundamental en nuestras vidas durante años.

Aunque no lo parezca, los psicólogos afirman que este dolor suele ser más intenso y difícil de superar, incluso años después. Son situaciones que pueden hacernos mucho más daño, pero, sobre todo, porque no solemos exteriorizar tanto este tipo de dolor como el de una relación romántica fallida.

Cuando rompemos con una pareja, solemos tener un grupo de amigos que nos consuela y con el que podemos desahogarnos. Cuando se trata de un amigo, esa opción no está tan clara, ya sea porque compartimos el mismo grupo de amistades o porque esa persona era tan cercana a nosotros que no somos capaces de encontrar a alguien que cumpla su antiguo papel.

A ello se suma el hecho de que, además, muchas veces no hay un suceso dramático que haga que la relación se rompa, sino que es común que esta se vaya deteriorando poco a poco hasta desaparecer. Tampoco estamos tan acostumbrados a darle importancia a tener una buena comunicación con nuestros amigos como con una pareja.

Evitamos decir cosas para no molestar al otro, huimos de cualquier posible conflicto y, de forma frecuente, callamos cuando estamos molestos o decepcionados con el otro. Esperamos que todo se solucione con el tiempo, pero interiormente seguimos guardando cierto rencor o dolor. Esta situación continúa hasta que ninguna de las partes sabe realmente lo que ha pasado ni qué ha provocado que nos alejemos.

Así, el tiempo pasa y terminamos torturándonos, pensando en qué habrá sido lo que hicimos mal en su momento o qué hizo que el otro se alejara, como explica la nota del portal Revistagq.com.

Este tipo de cosas suelen ocurrir con los amigos de nuestro grupo que no son realmente nuestros mejores amigos. Su mejor amigo va a decirle lo que le molesta, el problema que tenga con usted o un conflicto que haya de por medio. Un amigo con quien solo comparte un grupo simplemente decidirá alejarlo.

La importancia de los amigos de verdad

Por eso, cuando esto nos ocurra, debemos buscar amistades que sean sinceras, que sean de verdad. Es decir, un amigo que nos muestre su amor incondicional, pero que también nos comunique lo que siente y nuestros errores de una forma positiva y con la única intención de que mejoremos. Un amigo que nos diga que nos quiere y que nos apoya, pero que lo demuestre también con sus acciones.

Cuando se produzca un conflicto con un amigo que de verdad nos importe y que no queramos perder, debemos afrontarlo, por mucho que a la otra parte no le siente bien. Decirle lo que sentimos es fundamental para que nuestra amistad siga siendo sana para ambas partes. Si, al hacer eso, el otro decide alejarse, quizás deberíamos pensar que, de todas formas, esa amistad no iba a durar.

El perder amigos es un duelo que viviremos durante muchos años y, seguramente, aunque pasen décadas, nos seguiremos acordando de ellos y pensando cuándo se estropeó todo. Pero no tiene por qué ser el fin del mundo. Los amigos, al igual que nuestras parejas, pueden ser importantes durante un momento determinado de nuestra vida, y puede ocurrir que, después, su ciclo se acabe y nuestros caminos se separen. Y no pasa nada.

Hay veces en las que nosotros mismos sabemos por dentro que ciertas amistades no conducen a nada y que no son tan reales como queremos hacernos creer a nosotros. En esos casos, es fundamental dejarlas ir. No hacer nada y simplemente seguir viviendo nuestra vida. Al final, por duro que parezca, todo se supera. Habrá amistades que recuperaremos y otras que no, pero seguramente iremos forjando otros vínculos en el camino, como concluye la nota del portal Revistagq.com.