Imágenes tiernas que muestran la confianza y la alegría mutua entre perros y niños.
Como fotógrafo de exhibiciones de perros, Andy Seliverstoff tiene acceso a muchos canes preciosos, incluidos los de razas poco comunes. Afirma que ha aprendido que estos perros “no solamente son bonitos por fuera; tienen temperamentos increíbles y, en particular las razas de perros grandes y gigantes tienen una nobleza innata que verdaderamente contradice su estatura.” Empezó a interesarse por fotografiar a niños con sus perros cuando unos amigos le pidieron que fotografiara a su hija de dos años. “Aparecieron en el parque escoltados por su Gran Danés”, afirma. El fotógrafo, residente en San Petersburgo, se quedó “alucinado con la relación entre la pequeña Alice y el gigante Sean”, afirma. Decidió incorporarlo a la sesión fotográfica.
Después vino otra sesión con un niño llamado Theodore y su Terranova Ringo. “Y también me calaron hondo,” afirma. Las imágenes captaban el especial vínculo entre niños y perros. “Es una conexión que no necesita palabras. Por nombrar unas pocas, el amor, la compasión, la alegría, la confianza, la honestidad y la aceptación, llenan la relación. Lo puedes ver en sus gestos, en sus caras.” Cuando subió las fotos a Facebook, descubrió que otras muchas personas pensaban lo mismo. En su libro Little Kids and Their Big Dogs, publicado en 2017, del que están sacadas las fotos de este reportaje, Seliverstoff procuró captar y transmitir el estado de alegría y confianza mutua entre niños y animales. El gran mensaje es: “El amor de los adultos por niños y perros los convierte en personas más amables.”