Una lista de los típicos quehaceres que le roban el tiempo, el dinero y la cordura. Aquí le decimos de cuáles puede olvidarse.
1 – Lavarse el cabello a diario
Puede parecer ilógico, pero si se lava el cabello todos los días, solo logrará tornarlo más grasoso. Al usar la ducha se eliminan sus aceites esenciales, por lo que el cuero cabelludo produce más sebo y entonces usted tiene que asearlo nuevamente. La dermatóloga Tsippora Shainhouse sugiere lavarse la melena dos o tres veces por semana. Puede usar champú y acondicionador suaves y libres de sulfatos, que evitarán que el cuero cabelludo y su cabellera se resequen en exceso.
2 – Usar dos sábanas
Deje de poner la sábana que va entre el cobertor y la del colchón. Por ejemplo, en los Estados Unidos cerca del 30 por ciento de la gente duerme directamente debajo de una frazada o cubrecama colocados dentro de una funda. Solo asegúrese de lavar la ropa de cama con la que esté en contacto al menos una vez por semana.
3 – Enjuagar los platos
A menos que espere muchos días antes de lavar los platos (sin importar si es en el lavaplatos o el lavavajillas), al enjuagarlos antes solo desperdicia agua y tiempo. Para evitar el despilfarro, basta con desechar los restos de comida y poner los trastes dentro del aparato, o lavarlos, aseveran los expertos de Consumer Reports, asociación en a favor del consumidor.
4 – Planchar arrugas
Esas perchas de alambre, que dan gratis en las tintorerías, suelen dejar pequeños bultos en los hombros de las prendas y pliegues en los pantalones. ¿Y a quién le gusta planchar esos detalles? En lugar de usar esos ganchos, compre unos de mejor calidad, de madera o forrados de terciopelo; eso le ahorrará tiempo. (Así podrá regresarle sus alambres al tintorero).
5 – Rostizar un pollo
Por supuesto que es más barato y rápido comprar un pollo ya cocinado. Algunos supermercados los venden a precios de remate: no les importa perder algo de dinero en aras de atraer más clientes. En otras tiendas su costo es un poco más elevado, aunque sigue siendo una gran oferta. ¿No lo cree? Compare los precios con los de una pieza cruda. Consiéntase una vez a la semana y ahorrará algo de dinero y tiempo en la cocina.
6 – Comprar muebles para almacenar
Sin que se de cuenta, puede gastar una fortuna en recipientes, bolsas, cajas y otros contenedores especiales, pero una de las mejores formas de mantener sus pertenencias en orden es darle nuevos usos a los artículos con los que ya cuenta. Marie Kondo, la gurú del orden, es fanática de usar cajas de zapatos a fin de dividir el interior de los cajones.
7 – Buscar medias perdidas
Podría jurar que los duendes se roban las medias directamente del lavarropas, pero, de hecho, es posible que se escabullan por el hueco que hay entre el sello de la puerta y la canasta, por lo que las prendas que protegen sus pies pueden irse por el desagüe junto con el agua. Evítelo lavándolas por pares y dentro de una bolsa para ropa delicada.
8 – Abrir las cortinas cada mañana
Dejar que el sol entre a su hogar es una encantadora manera de comenzar el día, pero si va a salir de casa y no regresará hasta tarde, debe saber que los rayos del sol pueden desgastar sus muebles y hacer que el aire acondicionado trabaje de más. Los cuartos orientados hacia el norte y el oeste son los más propensos a estar expuestos a los rayos solares, así que procure dejar cerradas las cortinas o persianas de dichas habitaciones. Considere encender el aire acondicionado solo cuando esté en casa. Por cada grado Celsius menos de trabajo para el aparato, reducirá en 10 por ciento los costos de enfriamiento. Es una forma de ayudar al medioambiente.
9 – Pelar los vegetales
A menos que esté preparando un plato que lleve calabazas, apio, nabo o algún otro alimento de cáscara dura, no hay razón para desperdiciar tiempo preciado pelando vegetales antes de la cena, según thekitchn.com. Lo decimos por todos esos ingredientes que ha tirado a la basura toda la vida, (cáscaras de zanahorias, pepinos, papas y calabacitas, por ejemplo). Así, ahorrará valiosos minutos y ganará sabor; además, incluirá fibra saludable en sus recetas.
10 – Tirar el pan con moho
El mejor pan es el que se compra recién horneado en la panadería y se consume el mismo día. Pero si no quiere devorar la hogaza entera, puede almacenar el resto en el congelador. Así durará más (de dos a tres meses, según los expertos de epicurious.com) y podrá hacer los mejores panes tostados, en opinión del New York Times.
11 – Barrer cada vez que hay un poco de polvo en el piso
En muchos países suelen descalzarse tan pronto entran a casa. Adoptar este hábito es una forma sencilla de mantener su hogar más limpio y a su familia más saludable. Cerca del 85 por ciento de la tierra que ensucia nuestras casas es transportada por los zapatos, aseguran los expertos de la revista Family Handyman. Y eso no es lo peor: de acuerdo con un estudio de la Universidad de Houston, más del 26 por ciento de las suelas llevan a casa la bacteria Clostridium difficile, responsable de muchos casos de malestar estomacal. Una investigación de la Universidad de Arizona mostró que el 96 por ciento del calzado tiene materia fecal en la suela. ¿La solución más simple ? Poner un felpudo para zapatos justo en la entrada de su hogar.
12 – Cargar con un llavero pesado
Deshágase de todos los adornitos y las llaves que están de más. El exceso de peso puede afectar el mecanismo de encendido de su auto, causando que se atasque. Millones de autos de la marca General Motors fueron retirados del mercado por dicho problema, y ese fue el primer consejo que se les dio a los dueños.
13 – Guardar todas las facturas…
Seguramente le gustaría evitar las cuentas por pagar, pero si recibe las facturas vía electrónica y no en papel, tendrá menos desorden y, por ende, pasará menos tiempo archivándolas y rompiéndolas. Algunas compañías incluso ofrecen descuentos por no usar el servicio de facturación impresa. Pregunte al banco, las compañías de servicios y de tarjetas de crédito si lo recompensan por recibir estados de cuenta electrónicos.
14 – Y pagarlas en efectivo
Si va a digitalizar los estados de cuenta, ¿por qué no hacer lo mismo con los pagos? La mayoría de los bancos ofrecen la opción de banca electrónica o transferencias a las compañías con ese propósito. La tecnología más avanzada de cifrado mantendrá su información personal a salvo, en tanto use una red de Internet segura (y no un wifi público).
15 – Llenarse de lamparitas……
En comparación con los focos incandescentes, los LED duran más y utilizan casi 75 por ciento menos electricidad, lo que da como resultado una reducción en ese rubro. La última generación de focos ahorradores brinda una iluminación de excelente calidad y un encendido instantáneo. La mejor inversión que puede hacer, apunta businessinsider.com, es comprar un foco LED TCP de 9 vatios. Contribuirá a cuidar el medio ambiente.
16 – Y de pilas
Según sitio web Wirecutter, se necesitan más de 15 pilas desechables para igualar la cantidad de energía que obtendría de una recargable. Es cierto, estas cuestan más (la mejor, según Wirecutter, es la Energizer Recharge Universal), pero se pagan solas después de cinco recargas. Asegúrese de desechar las pilas usadas en un lugar adecuado; es lo más seguro. Las piezas “descargadas” pueden tener suficiente energía para producir una chispa (y, por lo tanto, son un riesgo de incendio).
17 – Descongelar la comida
La Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos señala que la temperatura de la heladera debe ser de 4 grados Celsius; la del congelador, de –18 grados. Ajustarlos a cualquier cifra por debajo de eso no hará que los víveres duren más y aumentará su factura por consumo eléctrico. Si su heladera no tiene un termómetro incorporado, compre uno en una tienda de electrónica. Otra cosa que puede hacer a fin de mantener las cosas frescas es repartir uniformemente los alimentos por todos los espacios de la heladera y el congelador de manera que el aire fluya adecuadamente. Evite dejar la puerta abierta por largo tiempo mientras recuerda qué quería sacar. ¡Al hacerlo está dejando que entre aire caliente al aparato!
18 – Tirar las sobras de comida
Los expertos de la revista Taste of Home aseguran que cualquier alimento fresco o cocinado se puede congelar. Esto incluye vegetales frescos, pasta y huevos en cualquier preparación. Dado que normalmente desechamos cerca del 40 por ciento de la comida que compramos, verá muy pronto cómo esta sencilla acción se refleja en su bolsillo. No tire las cáscaras y sobras; aprovéchelas para hacer compostados, mediante el cual puede crear su propio fertilizante casero, para usar en el jardín, al huerta o la terraza, o averiguar si en su ciudad o poblado tienen un lugar específico para residuos orgánicos que contribuya a tal fin.
19 – Cortar el césped cada semana
Ahorrará tiempo —y su jardín se beneficiará— si corta el pasto cada dos semanas. Esto se debe a que las abejas se alimentan de las flores silvestres que crecen en los terrenos no tan recortados, para después irse tranquilamente a polinizar las flores y otras plantas en su jardín. Otra buena razón: si el césped está muy corto, tiende a secarse y se pone café, lo que le llevará a regarlo más seguido. Córtelo a una altura de unos 7,5 centímetros, como recomiendan los expertos de Consumer Reports. No olvide que la hierba crece más rápido a finales de la primavera y principios del verano.
20 – Conectar aparatos en extensiones eléctricas
Muchas de ellas son cables largos que cuentan con muchos enchufes. Lo que en realidad necesita es un disyuntor; ambos dispositivos son similares, aunque este último está diseñado para interrumpir la corriente eléctrica en caso de que exceda cierto nivel. Vale la pena invertir en un protector de calidad que cuente con una certificación de seguridad. Otra opción es pedirle a un electricista profesional que instale un dispositivo supresor de cambios bruscos en el panel de electricidad que alimenta.