En todo el mundo hay personas que no sirven para cometer fechorías, pero sus intentos fallidos hacen reír a carcajadas.
Que no quede huella, que no, que no…
HUNGRÍA. A fines de junio de 2013, una pequeña banda de ladrones le echó el ojo a la caja fuerte de una casa de cambio en Budapest. En la oscuridad de la noche allanaron el local y de algún modo arrastraron la caja, de 250 kilos, hasta la calle. Sin embargo, eso fue lo más lejos que llegaron: no pudieron cargar con ese peso muerto hasta su auto. Para evitar que los capturaran, se pusieron a borrar las huellas digitales de la caja. Sin embargo, sus afanes fueron observados con interés por una vecina, quien llamó a la policía.
NORUEGA. Un ladronzuelo que quería robar una motonieve se quedó varado en el escenario del delito, a mediados de marzo de 2013. No solo fue filmado por una cámara de seguridad, sino que, después de seleccionar un vehículo y hacerlo arrancar para huir, fue detenido en seco casi de inmediato. La motonieve estaba atada a los cimientos de la tienda con un cable muy resistente. El muchacho corrió para alcanzar a su cómplice pero se quedó pasmado y solo al ver que este salía a toda velocidad en su auto, creyendo que la motonieve venía detrás de él. La policía arrestó a los dos delincuentes poco después.
La oreja indiscreta
FRANCIA. Un ladrón de dormitorios en la Universidad de Lyon fue sorprendido infraganti mientras robaba en una habitación. Poco después, al realizar las pesquisas, la policía descubrió la huella de la oreja izquierda del delincuente en la puerta de entrada de al menos otros 80 cuartos de estudiantes. Antes de meterse a robar, el sujeto pegaba la oreja a la puerta para escuchar y cerciorarse de que no hubiera nadie dentro, sin saber que las huellas de las orejas son tan distintivas como las huellas digitales.
El teléfono lo delató
FRANCIA. Alrededor de la una de la madrugada, en un suburbio de París, se activó la alarma antirrobo de una casa, y la policía llegó a tiempo para detener a un sujeto con joyas robadas en el bolsillo; sin embargo, su cómplice logró escapar. Mientras buscaba pistas en la casa, la policía encontró un teléfono celular que no era de los propietarios. Lo guardaron en una bolsa y lo llevaron a la comisaría. Días después, el teléfono sonó. Era el otro ladrón quien llamaba. Al pensar que alguien había encontrado su celular y lo había entregado a la policía, decidió ir a buscarlo a la comisaría, donde lo arrestaron de inmediato.
GPS activo
REINO UNIDO. Un ladrón de 33 años fue capturado por la policía después de que robó una computadora en un departamento en Norwich, Inglaterra, en 2012. En el momento del arresto llevaba adherida al cuerpo una etiqueta de localización electrónica, la cual debía llevar por orden de un juez luego de purgar una condena anterior. La etiqueta puede rastrear a la persona utilizando una combinación de GPS y tecnología de telefonía celular. Esta vez sentenciaron al delincuente a cinco años de cárcel.
Trabajos fáciles para la policía
REPÚBLICA CHECA. Un ladrón se alzó con un botín de ropa valuado en 525 euros de una tienda en la ciudad de Olomouc, la capital de Moravia, en julio de 2013. Para su desgracia, salió de allí sin recordar que había dejado su propia chaqueta en un probador, y que en el bolsillo estaba su identificación con fotografía.
Atorado y sin salida
CANADÁ. Una noche de primavera de 2012, la policía de Villeray, un barrio de Montreal, vio en la calle a un joven de 19 años que era buscado por órdenes de arresto pendientes. Cuando los agentes iban a detenerlo, el joven se puso a correr, así que lo persiguieron hasta la azotea de un edificio cercano, donde le perdieron la pista. Poco después, el servicio de emergencias recibió un llamado de un joven que estaba atrapado en una chimenea. ¡Era el mismo que la policía intentaba detener! Una vez que lo liberaron y le curaron algunos rasguños, se lo llevaron arrestado.
Escondido a medias
POLONIA. Un individuo de 25 años que merodeaba por una obra vial se coló allí, robó unas herramientas y, no conforme, se llevó también una señal luminosa de advertencia. Mientras se alejaba con el botín, vio un patrullero y rápidamente se escondió detrás de una parada de ómnibus, sin saber que la señal luminosa estaba parpadeando… y delatándolo.
Cabeza de chorlito
FRANCIA. Cuando un joven ladrón entró en una tienda de mascotas en la ciudad de Oullins, en junio de 2013, no resistió la tentación de llevarse un colorido loro que estaba en su jaula. Mientras huía con 1.000 euros en efectivo y el ave, un testigo llamó a la policía y les indicó hacia dónde había corrido el maleante. No fue difícil dar con él: una pluma junto a la puerta de su casa lo delató.
¡Fíjese a quién le roba!
REPÚBLICA CHECA. Sin que un infortunado ladrón lo supiera, un policía jubilado decidió pasar la noche en el remolque de su camioneta para cuidar sus pertenencias luego de que él y su esposa volvieron a casa de vacaciones, ya muy tarde para desempacar. A las 4 de la madrugada oyó un ruido, se dio cuenta de que era el motor de su vehículo y que este se movía. De un salto bajó de la cama al asiento delantero… El ladrón salió corriendo y se perdió de vista. La policía nunca logró atraparlo.
En todo el mundo hay tipos que no sirven para cometer fechorías, pero sus intentos fallidos hacen reír a carcajadas.
POLONIA. En agosto de 2012 un joven y su novia asaltaron a un trabajador ferroviario que se dirigía a su casa y lo despojaron de su teléfono celular, documentos de identidad, uniforme y 10 euros en efectivo. Sin embargo, sabían que no sería nada fácil vender los artículos robados, así que le propusieron a la víctima un trato nada común: devolverle sus pertenencias a cambio de tan solo 15 euros. Tan seguros estaban de que su idea era buena, que aceptaron reunirse con el trabajador al día siguiente para cerrar la transacción. Llegaron puntualmente a la hora convenida, y fueron recibidos por la policía.