¡Imperdible! Seguí estos 11 secretos que usan los consumidores rebeldes para aprovechar a comprar de todo y al mejor precio.
1. Respirá profundamente: estás en un negocio buscando un par de jeans de tu talle, pues se los viste a un amigo y te encantaron, pero el vendedor de 20 años está muy concentrado hablando desde su celular, y no te ayuda. No reacciones visceralmente, jurando no volver a poner un pie en ese establecimiento, y usá la situación a tu favor. Cuando algo te disguste de un negocio, desde la falta de educación de un empleado hasta alguna prenda de muy mala calidad, decíselo al encargado, quien seguro te ofrecerá alguna compensación porque, como todo encargado, quiere que sus clientes regresen. Pedile un reembolso o un descuento, crédito u otro tipo de incentivo para tu siguiente compra.
2. No temas pedir un descuento: de igual forma, no tengas vergüenza de llamar a una compañía y amenazar con dejarla si no te ofrecen un descuento. ¡Tu llamada puede ser lo mejor que le haya pasado al empleado de atención al cliente en todo el día! Muchos de ellos obtienen bonos por lograr que los clientes que amenazan con irse se queden, afirma Jeffrey Strain. Esto sucede porque a las empresas les cuesta dinero atraer nueva clientela, por lo que muchas se ponen felices si logran conservar a quien ya tienen, aunque se vean obligadas a otorgarle ciertos beneficios. Así que llamá, pues el empleado estará feliz de haber recibido tu llamada: unos cuantos minutos al teléfono podrían traducirse en docenas de billetes en tu billetera.
3. Fijate en la política de devoluciones: antes de pagar $2.000 en un negocio de productos electrónicos por un equipo portátil de DVD para que tus hijos vean películas en el auto, date una vuelta por el mostrador de Atención al cliente y averigüá todo lo concerniente a la política de devoluciones. De no hacerlo, podrías quedarte en casa “disfrutando” para siempre de una mala compra. Algunos negocios exigen seguir procedimientos complicadísimos para devolver un producto. Muchas veces tendrás que mostrar el recibo y regresar el producto con su empaque original, por ejemplo. Así que es mejor saber bien a qué atenerse antes de realizar cualquier adquisición. Al llegar a casa, archivá la nota en un folio especial; después, guardá el empaque y la bolsa en el fondo del armario y mantenelos ahí hasta que el período de devolución haya expirado. Si por algún motivo no te sentís conforme con el artículo que adquiriste, tendrás todos los elementos para exigir la devolución de tu dinero.
4. Aparecé a la hora correcta: entre más sepas acerca de un negocio y sus productos, más oportunidades tendrás de encontrar una ganga. ¿Cuál es la mejor hora para cazar una oferta? Alrededor de las dos de la tarde, afirma Anne Obarski, una consultora de St. Charles, Missouri dedicada a brindar consejos sobre cómo mejorar el servicio al cliente. A esa hora, los empleados de la mañana aún trabajan y los del turno de la tarde ya están empezando su jornada. Evitá visitar los negocios durante los 45 minutos previos al cierre, pues los pocos empleados que queden estarán ocupados dejando todo listo para el día siguiente. A esas horas están más preocupados por cerrar que por atender.
5. Escribí una carta en tono amable para obtener muestras gratis: ¿no sería maravilloso que los fabricantes llenaran tu buzón con cosméticos y otros productos sin que tuvieras que pagar nada? Pues lo hacen con gusto, siempre y cuando les digas algo agradable. Los fabricantes reciben bolsas de cartas de clientes quejándose, por lo que ven el mundo de otra forma cuando reciben una en la que “los halagan”. Donna Montaldo, una experta en ofertas y cupones de un sitio web, recomienda que, si usás frecuentemente un producto y te encanta, le escribas una carta al fabricante. Ella misma ha escrito cartas felicitando a los fabricantes de sus cosméticos preferidos y, a cambio, suele recibir “una tonelada de cupones”. Averigüá la dirección de la compañía en el paquete del producto que te gusta o en su sitio web. Cuando escribas tu carta no olvides mencionar el nombre exacto del producto y el tiempo que llevás usándolo. Pegá el sello, cruzá los dedos y esperá los cupones o regalos de agradecimiento.
6. No pierdas el tiempo cuando veas una rebaja: muchos fabricantes rebajan con frecuencia sus productos, que van desde pastas de dientes hasta televisores: con esto se puede ahorrar poco más que un billete de $5. Pero las compañías de pronto dificultan el proceso de los descuentos y, si no seguís sus reglas, no te beneficiarás de ellos. Después de todo, en sus cálculos cuentan a un cierto porcentaje de clientes que no tendrán la capacidad de aprovechar esas rebajas. Si debés enviar por correo tu recibo de compra para reclamar un descuento, pedí un duplicado en la caja. De esta forma, tendrás una copia en caso de que la compañía pierda el que te envió o si necesitás devolver el producto porque está defectuoso. Enviá el recibo tan pronto como llegues a casa. En algunas ocasiones deberás llenar un formulario e incluir un comprobante de la compra, el cual muchas veces se encuentra en el paquete, junto con el recibo. Si no enviás un sobre con todos los papeles que te piden, lo más probable es que pierdas alguno y, junto con él, la rebaja.
7. Hacé amistad con el personal del comercio: tenés puesto el ojo en una mochila que planeás comprar antes de salir de excursión en el verano, pero en ese momento no está en oferta. Hablá con algún vendedor —o mejor aún, con el encargado— procurando que se dé una atmósfera amigable, y preguntale si el producto va estar en promoción. Recordá que ya no sos un consumidor inocente, sino un cazador de ofertas. Gracias a tu actitud espontánea, el personal es probable que acceda a brindarte cierta información confidencial, como una oferta venidera de la que los otros compradores ni siquiera han oído hablar. El siguiente fin de semana, o en un par de meses, regresarás a adquirir la mochila, pero con 20% de descuento.
8. Aprovechá las “carnadas”: los negocios suelen promocionar ciertos artículos a precios increíbles sólo para atraerte. No les importa perder algo de dinero con tal de atraer clientes y venderles otros productos costosos, con los que se recuperarán. Cuando vayas a un local por una de esas jugosas ofertas, no compres nada más, sólo pagá y andate. Si comprás otras cosas estarás gastándote el dinero que te habías ahorrado.
9. Revisá cuidadosamente la ropa nueva: los vendedores de ropa son felices cuando te llevás prendas defectuosas y, ya en casa, decidís que no vale la pena regresar a reclamar. Pero pensalo bien; seguramente otro cliente ya se probó la prenda que tenés pensado comprar. Quizás una persona con prisa pisó el dobladillo de un pantalón y lo rasgó, o un comprador sin escrúpulos le arrancó algún botón en el vestidor. Así que antes de pagar, revisá los dobladillos, los botones de repuesto, los cierres y otros detalles de la prenda que eligiste.
10. Cuidado con los montones de ropa rebajada: en un comercio del estilo de Falabella sólo se ven estantes con artículos perfectamente ordenados hasta que de pronto aparece un mueble repleto de ropa amontonada sin el menor cuidado. Todo el mundo piensa de inmediato “¡Maravilloso! ¡Una oferta!”, que es precisamente lo que el encargado del local pretende. Mejor sujetá tu cartera y revisá concienzudamente los precios. Un mueble desordenado no es sinónimo de buenas ofertas.
11. Adquirí una tarjeta de descuentos: existen tarjetas de descuentos que, a cambio de una cuota anual, te otorgarán rebajas y promociones en un sinnúmero de restaurantes, locales de entretenimiento, negocios de ropa, papelerías, escuelas de idiomas y hasta gimnasios. Cuando la adquieras, fijate si efectivamente tiene descuento en los negocios que solés consumir, pues de lo contrario, en lugar de ahorrar, habrás gastado inútilmente.
Un cazador de ofertas va de compras
Annette Economides, una cazadora de ofertas de Phoenix, es autora de El boletín del ahorrador doméstico (The Home Economiser Newsletter). Sabe prácticamente cualquier truco que exista para ahorrar dinero y los publica en su boletín, pero no siempre tiene suficiente tiempo para ponerlos en práctica. Cuando debe ir de compras pero tiene mucha prisa, revisa su lista y varios catálogos de negocios para ver cuáles brindan los mejores precios. Algunas veces se trata de saldos o de ofertas absurdas que los negocios ofrecen para atraer compradores. Una vez que Annette ha localizado los precios más bajos de una serie de productos, se dirige al negocio que siga la política de igualar las ofertas del comprador. Cuando llega a la caja, saca su juego de folletos y catálogos y le muestra al cajero los precios que debe igualar. De esta forma aprovecha las rebajas de los negocios de toda la ciudad sin perder tiempo y nafta por andar de aquí para allá.