¿Te preguntaste alguna vez por qué esa voz que sale de tu celular, para darte todo tipo de indicaciones, es femenina?
Preguntale a Siri si es mujer y te contestará que ella no tiene género. Quizás te diga: “Soy como los cactus y ciertos peces”. Lo mismo pasa con Alexa de Amazon, Cortana de Microsoft, S Voice de Samsung y Now de Google. Pero lo cierto es que sus voces suenan muy femeninas.
Culturalmente, pensamos en ellas como mujeres (en noruego antiguo Siri significa “mujer bella que conduce a la victoria”). Les asignamos pronombres femeninos, y ellas, a su vez, incorporan giros femeninos a las robotizadas y, en ocasiones, vanas respuestas que nos dan.
Si reconocemos la diversidad de género en otros aspectos de la vida diaria, ¿por qué los aparatos tecnológicos que usamos tienen que sonar tan femeninos?
Sería fácil atribuirlo (o culpar) a los diseñadores varones, influidos tal vez por la ciencia ficción. He aquí un dato interesante: en la serie televisiva original Viaje a las estrellas, quien daba voz a las computadoras de la Federación dentro de la nave espacial Enterprise era Majel Barrett, la esposa del creador de la serie, Gene Roddenberry.
Pero la razón principal para usar voces femeninas en los teléfonos es sociológica. “Los estudios indican que una voz de mujer tiene muchas más probabilidades de ser aceptada”, dice Karl MacDorman, profesor de la Universidad de Indiana especializado en la interacción entre los humanos y las computadoras. Este experto y su equipo de colaboradores hicieron oír unas grabaciones de voces masculinas y femeninas a personas de ambos sexos, y luego les pidieron identificar cuáles preferían; los investigadores evaluaron también cómo los participantes respondían a las voces.
Según un informe publicado en 2011, tanto mujeres como hombres dijeron percibir más cálidas las voces femeninas.
Las mujeres incluso mostraron una preferencia inconsciente a responder a las voces femeninas (los varones, se mantuvieron neutrales en este aspecto).
¿A qué se debe esta preferencia? Clifford Nass, profesor de comunicación en la Universidad Stanford y coautor del influyente libro Wired for Speech (“Programados para el habla”), escribió que las personas tienden a percibir las voces femeninas como auxiliares que las alientan a resolver solas los problemas, y las voces masculinas como figuras autoritarias que les dictan las soluciones de los problemas. Deseamos que la tecnología nos ayude, pero también queremos controlarla, de modo que tendemos a preferir una interfaz femenina.
Esta preferencia indica que las empresas pueden causar una mejor impresión en un mayor número de consumidores usando una voz femenina. Pero no con cualquier voz de mujer: tiene que corresponder a la personalidad de una marca. Para lograrlo, muchas compañías recurren a Greg Pal, vicepresidente de marketing, estrategia y desarrollo de negocios de Nuance Communications, empresa que ofrece el uso bajo licencia de más de 100 voces. Para demostrar que algunas marcas eligen voces masculinas, Pal encendió su iPhone y abrió la aplicación de Domino’s Pizza, la cual tiene un asistente llamado Dom. Sonaba como mi maestro de inglés del bachillerato: culto y servicial, pero no autoritario. Esto está bien para una marca que intenta animar a los varones a pedir pizzas antes de un partido importante de fútbol.
No obstante, los diseñadores creen que conforme vaya mejorando la tecnología de voces, aumentará la diversidad.
Muchos aparatos electrónicos ya permiten seleccionar la interfaz de voz. Por ejemplo, Homero Simpson puede decirte dónde dar vuelta, a la izquierda o a la derecha, cuando uses el GPS de tu celular. Y Siri puede convertirse en un Sir si se dedican algunos minutos a reprogramarla.
¿Querés saber cómo hacerlo? Preguntale. Ella te lo dirá con su peculiar voz cálida, servicial… y femenina.