Si estás buscando trabajo o un cambio laboral, estos nueve consejos de expertos te dirán exactamente qué hacer y qué no hacer en este proceso.
1. Buscá tu nombre en Internet
No te van a avisar ni a pedir
permiso, pero podés apostar a que tus probables jefes van a navegar por la red
hasta encontrar el menor detalle de tu vida. Los directores de Recursos Humanos
confiesan que usan buscadores como Google, aunque no lo van a anunciar a los
cuatro vientos. De hecho, si te “googlean” es un signo positivo, porque
significa que la compañía está interesada en vos. Pero también quiere decir que
casi todo lo que “compartiste” en el ciberespacio está ahí para que te juzguen.
¿Es justo? Tal vez no, pero hoy en día es una realidad cuando uno busca empleo.
Tu primera maniobra es buscar tu nombre en la red para ver
si hay alguna sorpresa esperándote. Luego, revisar todos los sitios en los que
hayas participado, grupos de chats, foros de discusión, blogs de amigos o
páginas personales, y las redes sociales como Twitter y Facebook. Si encontrás
algo de lo que no te enorgullecerías en una entrevista de trabajo, como unas
fotografías comprometedoras en una fiesta o algún texto lleno de ira que alguna
vez escribiste contra la empresa a la que tratás de entrar, fijate si podés
hacer algo para desaparecerlo. Pediles a tus amigos que quiten las fotos de sus
sitios, y examiná si algunos otros más formales ofrecen la opción de “acceso
privado” para el material archivado.
Quizá no te guste parte del material relacionado con vos que
aparece en la red, pero al menos sabrás lo que tus posibles jefes habrán visto.
Así, por lo menos, sabrás cómo reaccionar si el tema sale a colación. Y a
partir de ahora tené en cuenta la versión moderna del viejo consejo de la
abuela: nunca subas nada a Internet sobre lo que no te gustaría hablar en una
entrevista de trabajo.
2. Imprimí tus documentos con tu propio sello
Un secreto del
departamento de Recursos Humanos es que vos estás siendo juzgado incluso antes
de que abran tu currículum. ¿Utilizaste papel membretado de tu actual trabajo
para tratar de encontrar el que buscás? ¿Enviaste la carta a través del
servicio de mensajería de la compañía? Si es así, el empleado de Recursos
Humanos que reciba tu documentación va a hacer algunos juicios instantáneos
sobre tu personalidad, y a enviar tu currículum al fondo de un archivo.
Mejor
asegurate de que el primer envío a tu futuro jefe le provoque decir: “¡Aquí
tenemos a alguien especial!” Elegí un sobre atractivo y, en caso de que lo
envíes por correo, unos sellos interesantes. Siempre, sin excepción, dirigilo a
una persona en específico, ya sea el director de Recursos Humanos o el jefe del
área a la que pretendés incorporarte. Anotá el nombre de la persona en el
sobre, no sólo su puesto. Escribilo correctamente. Y no anotes la dirección del
remitente a la antigua. Si no tenés una etiqueta personal que te guste, imprimí
tus datos en una fuente que diga “¡Soy alguien en la vida!”. Sí, vos querés que
tu correspondencia parezca un asunto de negocios, pero también querés dar una
buena impresión. El mejor C.V. del mundo no sirve de nada si nadie lo abre.
3. Utilizá el correo electrónico como un profesional
¿Presentarás
una solicitud por correo electrónico? Tomá en consideración que la persona que
lo va a leer se fijará en algunos aspectos que tal vez vos pases inadvertidos.
• La regla número 1 es
mostrar profesionalismo. ¿Querés que lo primero que tu posible empleador lea
sobre vos sea algo como nacidoparamatar@yahoo.com? Eso no sería muy profesional
que digamos. Tampoco lo es un nombre chistoso o un correo sin suficiente
información personal, porque estás suponiendo que simplemente van a dar clic en
“Responder” para contactarte. La solución consiste en abrir una cuenta de
correo electrónico sólo para buscar empleo.
• Otros aspectos en los
que de inmediato se fijarán son tu ortografía y sintaxis. Corregí a fondo tu
carta de solicitud y el currículum que adjuntes. En Recursos Humanos son
férreos en este aspecto: si detectan faltas de ortografía o se dan cuenta de
que tu sintaxis es pobre, no te van a considerar, aun si tu currículum es
impactante. Su razonamiento es que si no te preocupás en revisar tus errores,
no vas a ser un buen empleado.
• También recordá que
enviar tu correspondencia a una persona en especial, llamándola por su nombre,
es más importante cuando presentás una solicitud vía electrónica. Usualmente es
posible averiguar el nombre del encargado de Recursos Humanos, así como su
correo electrónico, buscándolo en el sitio web de la compañía.
4. Sorpresa: ¡Recursos Humanos te llama!
Existe una
costumbre entre el personal de Recursos Humanos para la que debés estar
prevenido: suelen llamar sorpresivamente a los solicitantes como primer paso
del proceso de entrevistas. No entres en pánico: sólo leyeron tu solicitud y tu
currículum, revisaron tus referencias, te investigaron en Internet y ahora
quieren saber un poco más de vos antes de concertar una entrevista. Preparate
para esta llamada, y tené a mano algunas notas o cualquier material que creas
poder necesitar. Un último consejo: si te agarran en un mal momento, comentalo.
Es mejor acordar una entrevista telefónica para otra ocasión que intentar dar
una buena impresión mientras los chicos gritan, la cena se está quemando en el
horno y los perros ladran. Y un poco de tiempo para ordenar tu cabeza nunca
viene mal.
5.
Recalcá tus capacidades y puntos fuertes, no tus planes y sueños
Uno de los
formatos más comunes de una solicitud de un trabajo pide escribir un “objetivo”
en la parte superior de la primera página. Escribir algo como “programador de
software con experiencia busca nuevos retos en una organización innovadora,
blablablá” no va a ser de gran ayuda: el que podría ser tu jefe nunca lo va a
leer, porque en el fondo no le importan tus retos y ambiciones. Lo que le
interesa es saber qué capacidades, talento y rasgos tuyos pueden servirle a la
compañía. Así que redactá una o dos oraciones concisas y pensadas. Este aspecto
debe estar bien planificado según cada posible empleador con quien te
comuniques.
6. Respondé a una oferta de empleo de inmediato
Siempre tené
todos los elementos de tu presentación personal listos para entrar en acción en
cualquier momento, en especial tu currículum actualizado, muestras de tu
trabajo y tu lista de referencias. Si ves una oferta ideal para vos en los
clasificados del diario del fin de semana, asegurate de que el lunes por la
mañana tus documentos estén en el escritorio del interesado. Casi siempre, las
compañías toman los mejores candidatos de la primera pila de expedientes. No se
trata de un dato muy científico, pero así es la naturaleza humana. Si respondés
inmediatamente, puede ser que te llamen a una entrevista, mientras los otros
solicitantes apenas están poniendo al día su currículum.
7. Respetá a tu primer entrevistador
Muchas oportunidades de
trabajo se han perdido porque el solicitante no se da cuenta de algo que los
equipos de contrataciones de las compañías saben muy bien: que la opinión del
reclutador de Recursos Humanos tiene el mismo peso que la del director del área
que está solicitando el puesto para cubrir la vacante. En ocasiones, la primera
entrevista es con Recursos Humanos; actuá en ella como si fuera la definitiva,
no como una mera formalidad, o quizá nunca llegues a la segunda entrevista. “Si
soy el reclutador de Recursos Humanos y percibo que el candidato no me está
tomando en serio, no va a pasar este filtro”, afirma Dale Kurow, ex director de
Recursos Humanos y asesor de carreras profesionales de Nueva York, autor del
libro electrónico Consejos
infalibles para trabajar en la red (“Surefire
Networking Tips”). “Estoy leyendo su personalidad y buscando que cuadre con la
cultura de la compañía, así que una actitud arrogante no es la más conveniente”.
Es verdad que el “portero” (primer filtro) de Recursos
Humanos no suele tener los conocimientos para evaluar tu capacidad técnica,
pero necesita ver esta entrevista como un reto comunicativo. “Siempre intento
saber lo suficiente sobre sistemas y programación, por ejemplo, para poder
hacer preguntas inteligentes”, afirma Kurow. “Los aspirantes que realmente
saben hacer su trabajo pueden explicarle en qué consisten estas cosas a un niño
de seis años.”
8. Tomate una invitación a comer con seriedad
¿Así que el
gerente del área con la vacante y otros dos peces gordos de la compañía te
invitaron a comer? ¡Qué gesto tan elegante y gentil! Y ellos van a hacer todo
lo que puedan para que vos estés convencido de que se trata de eso. No les
creas nada. Te invitaron para evaluarte en un ambiente de sociabilidad. Para
algunos trabajos, sobre todo para los de alto nivel, la comida es la parte del
proceso de entrevistas en que tenés que mostrar que poseés buenas capacidades
comunicativas, que te adecuás a la cultura corporativa y que podés representar
a la compañía frente a terceros con estilo, seguridad y confianza. ¿Podés
hacerlo? Por supuesto que sí; de lo contrario, no habrías llegado tan lejos.
Ahora sólo tenés que cuidar los detalles: sé puntual (elemental) y sólo pedí un aperitivo si ellos lo piden (aunque no es obligatorio). Ellos te invitaron, así
que dejalos pagar. Apagá tu celular y todo lo que pueda apagarse. No vas a
impresionar a nadie ni a mostrarles qué ocupado estás recibiendo llamadas y
mensajes durante la comida. No pidas el plato más caro de la carta, pero
tampoco salgas con que “creo que hoy sólo voy a comer una ensalada”. Ordená
algo que sepas lo que es y que te guste. Mostrales que podés pasar un buen rato
y comportarte como un profesional al mismo tiempo. Por último, sentite en toda
la libertad de conocer previamente el restaurante. Revisá el menú y la carta de
vinos, analizá el servicio, localizá la ubicación de los baños y fijate en la
indumentaria dominante de la clientela; cualquier cosa que te haga sentir más
cómodo será un punto a tu favor.
9. Dejá tu vida personal en la
puerta
En una entrevista de trabajo, concentrate en los asuntos profesionales
y evitá mencionar cuestiones personales. Si empezás a hablar acerca de tu niñez
o de tu matrimonio, el entrevistador supondrá que los temas personales también
se entrometerán en tu vida laboral. Esto provocará que te quedes con mucho
tiempo para vos, pero sin trabajo.
Cómo
lucirse en una entrevista
Existen tantos consejos sobre
cómo manejar una entrevista de trabajo que, si quisieras seguirlos todos,
enloquecerías. Todo marchará bien si considerás éstos:
• Ensayá la
entrevista. Pedile a un amigo de confianza que represente el papel del entrevistador.
Puede parecer tonto, pero aprenderás mucho. Como práctica, algunos expertos
incluso aconsejan simular entrevistas para trabajos que a uno no le interesan.
• Explorá el camino al
sitio de la entrevista. La forma más segura de llegar a tiempo al lugar de tu
entrevista es ir ahí el día anterior. Fijate cuánto tiempo te toma llegar, cómo
está el tráfico, si hay un lugar para estacionar y cuánto tiempo te lleva
caminar del estacionamiento (o la parada de colectivo) al edificio.
• Vestite acorde al
empleo que solicitás. Vestite conservadoramente. Para la mayoría de los
trabajos profesionales o de oficina eso significa traje y corbata para los
hombres y traje sastre para las mujeres, aunque sientas que no van con vos. No
tenés que demostrar que estás a la moda, sino que el empleo te importa.
• Impresioná al
recepcionista. Es posible que luego le pregunten qué opina de vos. “Conozco a
personas que no obtuvieron el trabajo porque fueron descorteses con la persona
de recepción”, dice Alison Doyle, una veterana de Recursos Humanos.
• Caminá con paso seguro
al entrar. La mayor impresión es visual, no verbal, y se produce en los
primeros 10 segundos. No entres en la oficina mascando chicle o terminando tu
gaseosa. Sonreí, entrá con seguridad y estrechá la mano con firmeza.
• Rechazá el café. O
gaseosa. O el vaso de agua. No querés correr el riesgo de salpicar, o de no
saber qué hacer con el vaso vacío.
• Llevá sólo lo que
necesitás. Algunas notas y muestras pueden ayudar a tu causa. Pero llevar pilas
y pilas de carpetas, definitivamente no.
• Apagá el teléfono
celular. Mejor todavía, dejalo en el auto, o no lo lleves.