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14 habilidades para convertirte en adulto

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¿Se te acerca la vida adulta? Si dominás este conjunto de técnicas básicas para la vida diaria, ya tendrás gran parte del terreno …

1. Manejar un presupuesto.

Anteriormente, el consejo era que todo el mundo debía saber cómo manejar su chequera, pero gracias al home banking y a las tarjetas de crédito, al parecer los registros de cheques se han extinguido. Sin embargo, eso no significa que ya no debas elaborar presupuestos, probablemente la habilidad doméstica más importante que existe. En lugar de una contabilidad física, asegurate de llevar cuenta de tus ingresos y tus gastos. Podés crear tu propia hoja de cálculo en casa o usar una aplicación como You Need a Budget. No importa cómo lo hagas, lo importante es que lo hagas.

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2. Decir “no”.

Para ser una palabra tan corta, es increíble a cuántos de nosotros nos cuesta trabajo pronunciarla. Pero aprender a decir “no” con gracia, aunque con firmeza —sin amortiguarla con excusas o mentiras piadosas—, es una de las habilidades esenciales de la vida. Si sos una de esas personas que automáticamente dicen “sí” cuando alguien les pide que hagan algo y se sienten culpables al decir “no”, mejor intentá decir “necesito pensarlo”. Eso te dará tiempo para revisar la agenda y decidir si es algo que realmente podés hacer sin la presión de sentir los ojos suplicantes de la persona encima tuyo. Y recordá: cada vez que decís “sí” a una cosa (como trabajar hasta tarde), también estás diciéndole “no” a todo lo demás (como ir al gimnasio, cenar con la familia y acostarte a una hora razonable).

3. Hervir un huevo.

Los huevos son una fuente asequible de proteína de calidad, y al hervirlos, agregá la palabra “portátil” a su lista de cualidades maravillosas. Pero hervir el huevo perfecto puede ser complicado. Si lo hacés por un tiempo muy corto termina con una desagradable clara viscosa, y si lo hervís demasiado obtenés una bola que rebota y se desmorona al intentar morderla. Atención, adultos: no tiene por qué ser difícil.

4. Aceptar críticas.

¿Hiciste algo mal? ¡Felicidades, sos humano! A menudo consideramos los errores como fracasos personales, y esto hace que al oír hablar de ellos nos sintamos molestos (por decirlo de una manera sutil), y cuando otras personas tratan de ofrecerte una crítica, no hacen más que desatar tu ira. Pero si en vez de eso podés aprender a ver los errores como oportunidades de aprendizaje, esto los hará mucho más fáciles de manejar. También es útil saber cómo criticar a los demás sin herir sus sentimientos.

5. Coser un botón.

La calidad de la ropa ha disminuido notablemente a lo largo de los años, y por desgracia, también lo han hecho los conocimientos básicos de costura. Esto significa que no solo son inevitables un botón suelto, un dobladillo desparejo o un agujero en un suéter (¡gracias, moda pasajera!), sino que nos vemos forzados a comprar una nueva prenda o a colocar imperdibles en los lugares más extraños, en vez de hacer un arreglo sencillo. Si aprendés unas simples reparaciones de costura, incluyendo coser un botón que se ha desprendido, nunca volverás a recibir un codazo de un compañero a la mitad de una reunión de trabajo.

6. Comprender las consecuencias.

¿Querés salir sin despertar con resaca? ¿Atiborrarte de dulces sin subir de peso? ¿Irte temprano todos los viernes sin tener pendientes los lunes? ¿Manejar a alta velocidad sin recibir infracciones? Bueno, lamentamos ser quienes tengan que decirte esto, pero el mundo no funciona así. (Por lo general). Todos estamos conscientes de esto a nivel intelectual, pero nos enfurecemos por ello a nivel emocional, y vivimos como si no comprendiéramos la ley inmutable de las consecuencias. Así que tomá en cuenta lo siguiente: cuando elegís hacer algo, también elegís la consecuencia que lo acompaña. Todo es parte de un paquete.

7. Cambiar un neumático.

La Asociación Americana de Automovilistas y el servicio mecánico gratuito en ruta sin duda son una bendición, pero basta con que se te pinche un neumático en una ruta de montaña a dos horas de distancia de la ciudad más cercana para darte cuenta de lo importante que es saber cambiarlo. No necesitás usar estos conocimientos muy a menudo (¡eso esperamos!), pero valdrá la pena el tiempo que dediques a aprenderlos por las contadas veces que necesites emplearlos. Después de todo, ¡es divertido manejar por carreteras empinadas! Si necesitás asesoría sobre cambio de neumáticos, consultá al mecánico de tu barrio o en algún video de YouTube.

8. Cambiar un pañal.

Los bebés son seres humanos diminutos y frágiles por lo que tiene sentido que muchas personas se pongan nerviosas al quedarse solas con ellos. Pero los recién nacidos no son tan sensibles como parecen y aprender algunos conceptos básicos, incluyendo cambiar un pañal, puede ser de gran ayuda para que luzcas y te sientas como un cuidador competente. Aunque no tengas hijos, saber cómo cambiar un pañal puede ser útil en caso de que debas cuidar niños en una emergencia. Afortunadamente, los pañales modernos hacen esto un proceso bastante sencillo.

9. Usar el horno.

Los hornos son una de las mejores comodidades modernas que tenemos, y sin embargo, muchos de nosotros usamos por defecto el microondas. Pero si estás cansado de la comida pastosa, que se calienta de manera irregular, dale una oportunidad al horno de tu cocina. Los hornos pueden lucir intimidantes con todas esas perillas, botones y temporizadores, pero una vez que los descifres vas a poder usarlos sin problemas.

10. Lavar una carga de ropa.

¿A quién no le gusta la sensación de unas sábanas recién lavadas? ¿El aspecto de unas medias blancas? ¿O la comodidad de la ropa interior limpia? La respuesta es a nadie. No es posible exagerar la importancia de aprender a usar correctamente el lavarropas (consejo de los profesionales: no uses detergente normal en un lavarropas de alto rendimiento) y el secarropas. 

11. Pagar una factura.

Pagar cuentas es una de las cosas básicas de ser adulto, pero no es tan simple como entregar el dinero. Debés revisar la cuenta y asegurarte de que esté correcta, consultar tu saldo bancario para saber que tenés suficientes fondos, cerciorarte de que estás pagando en forma oportuna, utilizar el método correcto y asegurarte de que el pago se recibió y aplicó correctamente a tu cuenta.

12. Tener una buena ética de trabajo.

Llega un momento en la vida de todo joven en el que nadie lo obliga a salir de la cama por las mañanas, ni le dice dónde debe estar ni a qué hora. Se trata de un momento importante en el que nos damos cuenta de que depende totalmente de nosotros llegar a tiempo al trabajo y cumplir con todas las tareas, sin excederse.

13. Mostrar empatía.

¿Querés entender a alguien? Entonces ponete en sus zapatos. Pero demostrar empatía en el mundo real no involucra ningún tipo de calzado. Lo que sí implica es aprender a ser un buen oyente, así como a consolar y transmitir tranquilidad a los demás, sin ser desagradable.

14. Finalizar un proyecto.

¡Iniciar un proyecto nuevo es fácil y divertido! Terminarlo es lo complicado. Pero tener la tenacidad, voluntad y comprensión para emprender un proyecto —ya sea para el trabajo, la escuela o un pasatiempo— de principio a fin, es lo que separa a los aspirantes de los campeones.

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