Si pudieras darle un consejo a tus hijos sobre su futuro y el uso del dinero, ¿cuál sería? Este padre le dejó a su hijo los siguientes 10 tips que te enseñarán mucho a vos también.
Mi esposa y yo hace
poco dimos la bienvenida al mundo a nuestro hijo. Es la experiencia más
increíble que se pueda tener en la vida. El único interés del bebé en este
momento es mantenernos despiertos todo el tiempo, pero llegará un día (falta
mucho) en que necesitará aprender algo sobre economía. Así que estos consejos
le doy para cuando llegue ese día:
1. Tal vez quieras un
auto caro, un reloj de lujo y una casa enorme, pero en realidad no deseas eso.
Lo que quieres es el respeto y la admiración de los demás. Crees que teniendo
esas cosas obtendrás eso, pero casi nunca es así, menos aún de quienes deseas
que te respeten y admiren. Cuando veas a un hombre manejar un auto lujoso,
probablemente no pensarás: “Uh, ese tipo es un triunfador”. Más bien pensarás
esto: “Si yo tuviera un auto como ese, la gente pensaría que soy un
triunfador”. ¿Entiendes la ironía? A nadie le interesa el sujeto que maneja el
vehículo. Divertite y comprá algunas cosas bonitas, pero tené en cuenta que lo
que las personas buscan realmente es respeto, y que éste se gana con humildad
más que con vanidad.
2. Es normal suponer que uno se gana los éxitos y los
fracasos económicos. Casi siempre es así, pero solo hasta cierto punto, y ese
punto es menos decisivo de lo que muchos creen. La vida de las personas es un
reflejo de las experiencias que han tenido y de la gente con la que se han
topado, sea por suerte, por accidente o por azar. Algunas personas nacen en
familias que fomentan la educación; otras, en familias que la rechazan. Algunas
nacen en economías florecientes que alientan el espíritu de empresa; otras
nacen en la guerra y la miseria. Quiero que tengas éxito, y quiero que te lo
ganes, pero pensá que éste no siempre es fruto del trabajo arduo, y que la
pobreza no siempre se debe a la vagancia. Recordá esto cuando juzgues a las
personas, incluido vos mismo.
3. Esto quizá suene duro, pero espero que seas pobre en
algún momento de tu vida. No quiero que pases apuros ni que sufras, por
supuesto, pero no hay mejor forma de aprender el valor del dinero que no
tenerlo. Así se aprende la diferencia entre lo que es necesario y lo que es
deseable. Todo esto te obligará a ceñirte a un presupuesto. Aprenderás a disfrutar
lo que tenés, a arreglar las cosas rotas o averiadas, y a aprovechar ofertas y
rebajas. Éstas son habilidades de supervivencia básicas. Aprendé a ser pobre
con dignidad, y de ese modo podrás afrontar mejor los inevitables altibajos
económicos de la vida.
4. Si sos como la mayoría de las personas, te pasarás buena
parte de tu vida adulta pensando: “Cuando haya ahorrado/ganado $X, todo será
como deseo”. Cuando tengas esos $X, cambiarás de objetivos y volverás al
principio. Es un círculo vicioso que esclaviza. Ahorrá dinero y esforzate por
salir adelante. Pero tené en cuenta que la capacidad de adaptarte a
circunstancias nuevas es más poderosa de lo que pensás, y que tus objetivos no
deben estar basados únicamente en el dinero.
5. No te quedes en un trabajo que detestas solo porque
elegiste una carrera sin mucha reflexión cuando tenías 18 años. A esa edad casi
nadie sabe a qué quiere dedicarse. Muchos no saben lo que quieren hacer hasta
que tienen el doble de esa edad.
6. Cambiá de opinión cuando necesites hacerlo. He observado
que hay muchas personas jóvenes que creen saber todo sobre inversiones.
Comienzan a invertir a los 18 años y piensan que tendrán resuelto su futuro a
los 19. Nunca es así. La confianza en uno mismo crece más rápidamente que la
habilidad, sobre todo cuando se es un hombre joven. Aprendé a cambiar de
parecer, a desechar las creencias viejas y reemplazarlas por verdades nuevas.
Es difícil, pero necesario. No te sientas mal por ello. La capacidad de cambiar
de opinión cuando te equivocaste es una señal de inteligencia.
7. En lo que mejor podés invertir tu dinero es en el control
de tu tiempo. Esto te da opciones y te libera para no tener que depender de las
prioridades de otras personas. Algún día te darás cuenta de que esa libertad es
una de las cosas que realmente te brindan más felicidad.
8. El camino que lleva a la quiebra económica está
pavimentado de deudas, y también de vendedores a comisión, pero sobre todo de
deudas. Es impresionante la cantidad de problemas económicos que acarrean los
préstamos. Una deuda es ceder una parte de tu futuro (al que no llegarás) a fin
de obtener hoy algo a lo que te acostumbrarás rápidamente. Es probable que
destines parte de esa deuda a una hipoteca. Me parece bien, pero ten cuidado.
La mayoría de las deudas son como las drogas: producen un efecto rápido y
placentero (y caro) que se disipa pronto, que puede atarte durante años y que
limitará tus opciones cuando te sientas agobiado por los errores de tu pasado.
9. El dinero que ahorres tendrá poco que ver con lo que
ganes y mucho con lo que gastes. Conozco a un dentista que vive al día pagando
cuentas, siempre al borde de la ruina económica, y conozco a otro que nunca
ganó mucho dinero pero que ahorró una fortuna. La diferencia radica totalmente
en la forma de gastar. La cantidad de cosas que hagas no determinará lo que
llegues a ganar, y la cantidad de dinero que ganes no determinará tus
necesidades. No te conviertas en un acaparador de dinero ni en un tacaño, y ten
presente que aprender a vivir con menos es la manera más fácil y eficaz de
lograr el control de tu futuro económico.
10. No me hagas caso si no estás de acuerdo con lo que he
escrito. Todos tenemos una forma diferente de pensar. El mundo en el que crecerás
te ofrecerá oportunidades y valores distintos a los que tuve yo. Y lo más
importante: aprenderás más cuando no estés de acuerdo con alguien y te veas
obligado a aprender por tu cuenta (pero, por otro lado, escuchá siempre a tu
madre).
Ahora, por favor, dejame dormir.