Aunque no lo creas, aquellas que vemos como “malas costumbres” pueden ser positivas en diversos aspectos. Si ya tenés estos hábitos te vas a sorprender con sus beneficios y si no, ¡te desafiamos a intentarlos!
Nunca hago mi cama, así que… no acumulo ácaros
¿Sabías que en tu cama habitan hasta 1,5 millones de ácaros diminutos que devoran las células muertas de tu piel y nadan en la humedad del sudor que dejás en las sábanas? ¿O que si inhalás los alérgenos que producen (que en realidad son sus heces) podés contraer asma y alergias? Por suerte, es fácil detener a estos bichos: no hagas la cama. Las mantas y sábanas remetidas en las esquinas del colchón conservan la humedad que los ácaros necesitan para sobrevivir. Como a Drácula, la exposición a la luz del sol los mata. El doctor Stephen Pretlove, de la Universidad Kingston, en Londres, dice: “Dejar una cama sin hacer durante el día elimina la humedad de las sábanas y el colchón, así que los ácaros se deshidratan y mueren”.
No uso champú, así que… me puedo peinar mejor
El actor Robert Pattinson, de la saga Crepúsculo, tiene mucho cabello, así que tomé nota cuando dijo: “No le veo sentido a lavarme el pelo… Y no limpio mi departamento porque no me importa. El departamento me sirve para dormir, y el cabello, solo para que cuelgue de mi cabeza”. En algo tiene razón: lavarse el pelo todos los días “lo despoja de sus aceites esenciales”, según Huffingtonpost.com. “El cabello es más manejable y por lo general luce mejor con un día sin lavar que recién lavado”. Alli Webb, estilista y fundadora de Thedrybar.com, añade: “Yo siempre he dicho que está bien dejar el champú por unos días”. Y yo siempre sigo los consejos de quienes saben de lo que hablan.
No limpio mi escritorio, así que… mi creatividad aflora
Hay una cita de Albert Einstein que dice: “Escritorio = mc2”. No es cierto. Yo dejé una cita en un papel sobre mi escritorio, pero no la encuentro entre tanto desorden. Quizá debería tirar todo a la basura, pero un escritorio desordenado tiene sus virtudes. En un estudio realizado por la Universidad de Minnesota, se dividió a los sujetos en dos cuartos, uno en orden y el otro desordenado, y se pidió a cada grupo sugerir distintos usos para las pelotas de ping-pong. Las ideas de los del cuarto desordenado “fueron calificadas como más creativas e interesantes por jueces imparciales”. Kathleen Vohs, coautora del estudio, dice: “Los sitios ordenados alientan a ir a la segura, mientras que los desordenados invitan a liberarse de la tradición, lo que puede generar ideas frescas. Estar en un cuarto desordenado se tradujo en algo que las empresas, industrias y sociedades valoran mucho: la creatividad”. Ya encontré la cita de Einstein (estaba sentado en ella): “Si un escritorio desordenado es señal de una mente desordenada, entonces, ¿de qué es señal un escritorio vacío?” Voy a dejar la cita sobre mi silla, para que pueda encontrarla.
Soy vago y ocioso, así que… me siento animado
Todos sabemos del valor del ejercicio: hace crecer nuestros músculos para que podamos abrir frascos sin tener que ponerlos bajo un chorro de agua caliente. Pero cuando se trata de la salud mental, no hacer nada tiene grandes beneficios. “Desde hace siglos es bien sabido que ‘hacer cosas’ puede volverse una compulsión, una adicción que no reconocemos como tal solo porque la sociedad nos elogia si la tenemos”, escribió Oliver Burkeman en The Guardian. “En efecto, aprender a no hacer nada podría ser una habilidad esencial para prosperar en nuestra cultura abrumadora, frenética y permanentemente conectada”. ¡Soy un estudiante dispuesto a aprender eso! Sobre todo porque la relajación confiere muchos beneficios para la salud. La Clínica Mayo dice que las técnicas de relajación pueden reducir la presión arterial y la tensión muscular, mejorar la concentración y el estado de ánimo, y aumentar el flujo de sangre a los músculos principales, como los que yo utilizo para tumbarme en el sofá.
No lavo mis jeans, así que… me duran más
En una conferencia sobre el medio ambiente para la revista Fortune, Chip Bergh, director ejecutivo de Levi Strauss, señaló sus pantalones y dijo: “Estos jeans tienen cerca de un año de uso y aún no han visto un lavarropas. Sé que suena asqueroso”. ¡A mí no! Como Bergh, nunca lavo mis jeans. El agua caliente y el detergente decoloran el jean y aceleran su desgaste. “Lo mejor es dejar sin lavarlo unos seis meses”, aconseja el fabricante británico Hiut Denim. “Cuanto más los deje sin lavar, mejor lucirán”. A slate.com le pareció un poco repulsiva esta práctica, así que le pidió a Rachel McQueen, profesora de la Universidad de Alberta, Canadá, que evaluara un grado de higiene. Si bien las bacterias, el sudor y las células muertas de la piel se transfieren a la ropa a través del cuerpo, “los microorganismos de la piel no suelen ser peligrosos para nosotros mismos”, dijo el sitio. Eau de Jeans Sin Lavar no es una fragancia que Chanel vaya a vender algún día. Bergh recomienda limpiar las manchas en los jeans con una esponja o un cepillo de dientes y un poco de detergente, y dejar que los pantalones se sequen al aire libre.