La importancia del cuidado de los dientes y encías.
¿Por qué tenemos caries en los dientes?
Los dentistas afirman que actualmente tenemos dientes más sanos que en otros tiempos. Algunos jóvenes de países industrializados alcanzan la madurez sin tener amalgamas. Esto se atribuye a la higiene, la fluoración del agua y la adición de flúor a los dentífricos.
La placa, mezcla pegajosa de comida, saliva y bacterias que se reproducen en los dientes, es la causa principal de caries. Las bacterias, de un tipo único que se encuentra en la boca, se alimentan de azúcares y almidones y destilan un ácido que ataca el esmalte. Cuando se forma un pequeño orificio, el deterioro continúa en la siguiente capa, la dentina y, por último, se adentra en la pulpa del diente.
El ataque inicial suele pasar inadvertido; el dolor se sentirá cuando la caries deje expuesto el nervio. El dulce y los alimentos demasiado fríos o calientes suelen provocar dolor, primer síntoma del problema. Para curarlo, el dentista retira la parte afectada del diente y rellena el hueco. La higiene bucal escrupulosa y las revisiones frecuentes del dentista son las mejores medidas preventivas, y han de iniciarse a edad temprana .
Las bebidas endulzadas nunca deben darse como consuelo a los bebés. Tal práctica es causa común de deterioro temprano de los dientes, favorecida por la creencia de que los dientes primarios, o de leche, no son importantes. En realidad sí lo son y hay que protegerlos con cuidado; tan pronto aparezcan deben cepillarse con un cepillo de cerdas suaves sin aplicar demasiada fuerza.
¿Por qué a veces sangran las encías?
Las encías que sangran al cepillarse los dientes pueden ser el primer indicio de gingivitis o inflamación de las encías, una de muchas afecciones microbianas que los dentistas agrupan bajo el rubro de enfermedad periodontal. Dos de cada tres adultos presentan síntomas quizá sin saberlo.
En años recientes, los dentistas han puesto mayor atención a la enfermedad periodontal, que afecta no solo las encías sino la estructura profunda que sostiene el diente, debido a que en adultos mayores de 35 años es la causa principal de pérdida de piezas dentales. Los dientes pueden estar bastante sanos, pero la enfermedad los afloja, y sin nada que los mantenga con firmeza en su sitio, se caen.
Las distintas formas de la enfermedad son provocadas principalmente por bacterias y por no limpiar los dientes al menos una vez al día. Aunque a veces es difícil detectarlos, densos depósitos microbianos llamados placa se acumulan en la base de las encías. La placa las infecta, por lo que se inflaman y atraen más placa, lo que redunda en mayor inflamación. En tales condiciones, las encías sangran con facilidad, aun cuando sean limpiadas con un cepillo de cerdas suaves.
Si se hace caso omiso de la inflamación, la infección ataca capas más profundas y, con el tiempo, el diente se tambalea en su alvéolo. Algunas personas con buena salud tienen más tendencia a sufrirla que otras. Es frecuente en aquellos que padecen diabetes, anemia o deficiencias nutricionales. La enfermedad periodontal puede acelerarse en la pubertad, el embarazo, la menopausia y con la ingestión de píldoras anticonceptivas.
Aunque una limpieza profesional hecha a conciencia puede detener la enfermedad, en casos avanzados es necesaria una intervención quirúrgica. El dentista remodela las encías de modo que el cepillado diario alcance todas las zonas de manera eficaz. Sin embargo, el trabajo de mantener los dientes limpios y las encías sanas, depende de los hábitos de higiene dental inculcados en el hogar.
Esto puede abarcar la puesta en práctica de distintas medidas, especialmente un cepillado a conciencia entre los dientes a fin de remover la placa. Su dentista puede recomendarle algunos enjuagues bucales. Además, usted puede verificar su eficacia mediante el uso ocasional de tabletas o gotas que tiñen la placa no removida, lo que le ayudará a saber dónde no cepilló adecuadamente. El hilo dental, los palillos y los hisopos de goma ayudan a mantener las bacterias bajo control.