Los huevos de las aves deben su color a pigmentos que se adhieren a la cáscara mientras están formándose.
Te lo explica la ciencia
Los huevos de las aves obtienen su color de los pigmentos que se adhieren al cascarón mientras están dentro de la madre. Los huevos que se detienen en el oviducto de la madre mientras se depositan los pigmentos salen manchados; y los huevos que se mueven mientras ocurre el proceso salen rayados.
Las aves que hacen nidos en forma de copa, en los árboles, ponen huevos de color azul pálido y durante mucho tiempo se pensó que esto era para simular el reflejo del sol sobre las hojas y así despistar a los depredadores. Diversos estudios indican que el color de estos huevos es de poca utilidad porque, por lo general, los depredadores hallan el nido antes de ver los huevos.
Las aves que anidan en agujeros y las que se quedan inmóviles cuando sienten que acecha algún peligro, ponen huevos blancos o de color discreto, al igual que los patos y los gansos, que esconden sus huevos entre las plumas o los cubren con la vegetación cuando dejan el nido en busca de alimento.
El camuflaje de los huevos es mucho más sofisticado entre aves como el ave fría común. Sus huevos tienen manchas de colores que combinan con el entorno, lo que los hace difícil de localizar.
Para los cuclillos, el diseño (las manchas o figuras del cascarón) del huevo es muy importante, porque tienen que poner huevos parecidos a los de su ave anfitriona. Aunque los huevos de los cuclillos pueden ser muy diferentes entre sí, una hembra solo puede poner huevos con un mismo diseño. Ella probablemente heredó de su madre la capacidad para producir ese diseño de huevo, y después escoge el nido de la especie de ave anfitriona en cuyo nido nació.
Mejillones, padres adoptivos de peces
Las bermejuelas son pequeños peces plateados que viven en lagos y en ríos de corrientes apacibles. Ellas depositan sus huevos dentro de los mejillones de agua dulce. Los mejillones cierran firmemente sus valvas al menor indicio de peligro, por lo que brindan una excelente protección para los huevos. El problema radica en cómo meterlos en el interior de un mejillón.
A medida que se acerca la temporada reproductiva, una bermejuela hembra desarrolla un ovipositor tan largo que muchas veces sobrepasa las dimensiones de la cola, que mide de 5 a 7,5 centímetros de longitud. Lo usa para insertar sus huevos en el tubo respiratorio del mejillón y enviarlos a la cámara branquial. Pero antes, debe hacer que el mejillón se relaje para que no cierre sus valvas mientras ella desova. Para lograrlo, lo toca suavemente con la boca en varias ocasiones; así el mejillón se acostumbra a ella. Y a medida que la bermejuela desova, el macho se acerca con cautela y libera todo el esperma.
Los huevos se desarrollan dentro de las seguras valvas del mejillón, bañados por un chorro constante de agua rica en oxígeno que fluye a través de sus branquias. Un mes después de haber puesto los huevos, nacen las pequeñas bermejuelas que salen al exterior a través del tubo respiratorio del mejillón. Este desova al mismo tiempo y sus larvas se adhieren a los cuerpos de los nuevos pececitos y solo los abandonarán cuando estén listas para desarrollarse.