Sorprendentes historias que confirman que el «cerebro de pájaro» es brillante.
El pequeño ladrón de leche
Hace tiempo, en el Reino Unido -como ocurre todavía en algunos otros lugares- los lecheros dejaban su mercancía en las puertas de las casas. Para tapar las botellas utilizaban un disco de cartón. En la década de 1920, los paros aprendieron a quitar el disco para comerse la nata. Al parecer, iniciaron esta costumbre de manera independiente tres especies de pájaros de Londres. Para 1930, muchas aves del sureste de Inglaterra ya habían aprendido el ingenioso truco.
Cuando los discos de cartón fueron reemplazados por papel hecho de aluminio, los paros aprendieron a perforar el papel. Más tarde, otras especies los imitaron. Después de algunas décadas, la costumbre de violar las tapas de las botellas de leche se hizo popular entre todos los paros de la nación.
Al parecer, los pájaros no aprendieron la técnica mediante la observación de sus congéneres, sino que la desarrollaron por separado como una solución a la necesidad de robar la leche. No sabemos por qué todos llegaron a la misma solución. Tal vez un pájaro que estaba quitando la tapa haya llamado la atención de sus compañeros, y estos entendieron que para obtener la comida debían resolver un problema. Después, cada uno practicó su propia solución, y todos coincidieron en el procedimiento.
Imitadores natos
Algunos pájaros adquieren por imitación los hábitos de alimentación de otras especies. Ciertos gorriones, por ejemplo, han aprendido a sobrevolar los estanques para atrapar a las libélulas cuando salen del agua. Esta técnica posiblemente fue copiada del martín pescador. También han aprendido a colgarse boca abajo para alcanzar la comida, como hacen los paros, y a caminar sobre los lirios acuáticos en busca de insectos, como el aguzanieves. Otras aves, como el petirrojo, han aprendido a pescar durante el invierno. El chorlito saca pequeñas truchas de los ríos, y el mirlo atrapa sapos en los estanques.
Los minás y los loros en cautiverio son famosos como imitadores; pero las especies libres también son buenas en este arte. La compañía British Telecom tuvo que cambiar la frecuencia de sus teléfonos debido a que estas aves comenzaron a imitar el sonido de su transmisión, lo que causó un gran desconcierto.
Pájaros con acento
Las cornejas francesas emiten sonidos diferentes de los que producen las británicas. Aunque el graznido de todas ellas nos suena igual, los estudios han demostrado que existen diferentes «acentos». Estos se adquieren de la misma manera en que los humanos aprenden el habla y la pronunciación regionales cuando se mudan a una zona caracterizada por un fuerte acento local. Los dialectos se desarrollan por generaciones, y a menudo los recién llegados adquieren el modo de hablar sin darse cuenta. Entre las cornejas, el cambio puede ocurrir de dos maneras: un grupo de individuos asentados en un área puede influir a los vecinos y lograr que estos cambien el acento o el patrón de sonidos establecido.
En una población de pinzones comunes de Europa, los machos interpretan variantes de un mismo canto básico. Con el tiempo, este cambia de manera gradual, y nuevas notas sustituyen o enriquecen a las antiguas. Esto significa que las poblaciones de los valles vecinos, o la misma población en diferentes momentos, pueden entonar cantos distintos.
Durante la década de 1940, un pequeño grupo de pinzones caseros se estableció en Long Island, Nueva York. Desde entonces, y después de que las aves ocuparon islas vecinas y tierra firme, los ornitólogos identificaron 29 variaciones en el canto.