Einstein afirmó que todo el movimiento del universo es relativo.
Las paradojas de Einstein sobre el tiempo y el espacio
Desde la adolescencia, Einstein sintió curiosidad por la velocidad a la que viaja la luz.
En su teoría especial de la relatividad, afirmó que todo el movimiento del universo es relativo, porque en el espacio remoto no hay nada contra lo cual se pueda medir. Sostuvo que la velocidad de la luz (300.000 km por segundo) es siempre la misma respecto al observador, independientemente del movimiento de éste. Decía que la luz procedente de una estrella situada adelante de la línea de desplazamiento de la Tierra llegaría a ésta al mismo tiempo que la luz despedida por otra estrella situada detrás de la Tierra, aun cuando nuestro planeta se moviera hacia la primera estrella y se alejara de la segunda a 29.000 km/h.
Einstein concluyó que la velocidad de la luz es la única constante física del universo. Y si es siempre la misma, independientemente del movimiento del observador, otras propiedades físicas deben variar para la gente que viaje en dirección y velocidad diferentes.
Calculó que en el espacio, el tiempo transcurre más lentamente en una nave espacial que viaje a una velocidad cercana a la de la luz, en comparación con el tiempo percibido por una persona que permaneciera inmóvil con respecto a la nave. Ésta también parecería más corta ante los ojos del observador fijo, y su masa aumentaría: seria infinita a la velocidad de la luz, y así ningún objeto podría alcanzar esa velocidad debido a que para lograrlo tendría que aplicarse una fuerza infinita.
La teoría del tiempo de Einstein fue probada en julio de 1977, cuando se colocaron relojes atómicos sumamente exactos a bordo de un satélite estadounidense que se puso en órbita. A su regreso se compararon los relojes con uno similar en el Laboratorio de Investigaciones Navales en Washington, D C. En ese momento se vio que los relojes del satélite se habían retrasado un poco; por lo tanto, el tiempo había transcurrido más lentamente a bordo del satélite.
La fórmula de Einstein, E=mc al cuadrado, significa que la masa de un objeto en realidad puede convertirse en energía. Él llegó a esta ecuación a partir de su hipótesis de que la masa de un objeto aumenta con su velocidad. De aquí se sigue que su energía también debe aumentar, dado que un objeto más pesado tiene más energía que otro más ligero si viajan a la misma velocidad. La energía adicional es igual al incremento de la masa multiplicado por el cuadrado de la velocidad de la luz.
En su teoría general, Einstein sostuvo que un rayo de luz se desviaría al pasar por una estrella, debido a la gravedad. El campo gravitatorio de la estrella obligaría al rayo de luz a curvarse hacia dentro, y en cierto sentido haría que también el espacio se curvara. Así concluyó que la distancia más corta entre dos puntos es una línea curva.
En 1919 Einstein se hizo famoso cuando su teoría fue comprobada por un grupo de astrónomos ingleses, que fotografiaron un eclipse total de Sol, momento en que es posible fotografiar las estrellas que brillan cerca de éste. Las fotografías se compararon con otras de las mismas estrellas tomadas cuando el Sol no estaba cerca de ellas. Las diferencia de la posición de las estrellas en las dos fotografías demostró que la luz se desviaba a causa del Sol.