El cerebro genera impulsos eléctricos; también el corazón genera corrientes eléctricas, y su gasto es mayor que las señales del cerebro.
¿Por qué se habla de ondas cerebrales?
Cuando los científicos confirmaron hace 60 años que el cerebro generaba impulsos eléctricos, se creó el término «ondas cerebrales». El cerebro genera impulsos eléctricos todo el tiempo; también el corazón genera corrientes eléctricas, y su gasto es mayor que las señales del cerebro. Los especialistas registran ambos tipos cuando estudian algunas enfermedades.
Es posible detectar los impulsos eléctricos del cerebro con un electroencefalograma (EEG). Se colocan varios electrodos sobre la cabeza no afeitada del paciente. Éstos conectan a instrumentos que miden y amplifican los impulsos del cerebro en una serie de pruebas indoloras, que suelen tardar una hora. En primer lugar, el paciente está en reposo, con los ojos abiertos y luego los cierra. Más tarde, se miden las reacciones mientras mira una luz brillante que titila. En ocasiones, se registran los impulsos del cerebro mientras el paciente está dormido.
De acuerdo con su frecuencia, las ondas cerebrales pueden formar una mezcla de dos o más patrones que se registran sobre papel con una aguja móvil. Cuando se está relajado y cuando se está despierto, aunque con los ojos cerrados, el cerebro emite ondas alfa. Las ondas beta producen un patrón más complejo y se emiten cuando hay mayor actividad física. Si se realizan pruebas cuando se está dormido o anestesiado, la aguja marcará un patrón más espaciado y regular de ondas delta. Las ondas theta, que son dominantes en los bebés, forman patrones semejantes pero más concentrados. En los adultos suelen indicar anomalías.