La selva neblinosa, más fría que el bosque tropical lluvioso, cubre las vertientes de las montañas de las zonas tropicales del mundo.
¿Qué es una selva neblinosa?
La selva neblinosa, envuelta en niebla y más fría que el bosque tropical lluvioso, cubre las vertientes de las montañas de las zonas tropicales en diversos lugares del mundo, sobre todo en Sudamérica y en América Central. Gracias a la humedad del ambiente, prosperan allí plantas colgantes o epifitas sin raíces que no necesitan sustentarse en la tierra; solo de orquídeas hay en este hábitat un millar de especies. Los vientos dominantes en aquella región soplan del este y descargan el agua al elevarse sobre las montañas. En cambio hay algunas vertientes de los Andes situadas a sotavento en las que, si acaso, llega a llover solo una o dos veces en una vida humana; allí no hay selva, sino desierto.
En África oriental, las selvas neblinosas están dominadas por brezos arbóreos de hasta 18 metros de altura, parientes de las plantas que apenas alcanzan a la rodilla en el mukeg de Alaska o en los páramos de Escocia. Los brezales se mezclan con lobelias gigantes y senecios, miembros de la familia de las compuestas, que emiten tallos de 9 metros de altura. Ladera abajo dominan los bambúes; ladera arriba, los líquenes y el musgo, y por encima de ellos la nieve y el hielo perpetuos.
¿Son junglas todas las selvas tropicales?
Aunque las selvas o bosques tropicales lluviosos reciben a veces el nombre de junglas, no son lo mismo. La jungla es una maraña de vegetación en la que lianas, ramas y arbustos se entrelazan en una masa casi impenetrable a nivel del suelo. En cambio en las selvas tropicales las copas de los árboles forman un dosel verde que filtra la luz del sol y no deja pasar más que 1% de los rayos. Como entra tan poco sol, la vegetación por debajo del dosel es relativamente abierta, muy diferente de la impenetrable jungla. Los únicos lugares de una selva tropical en los que crece una vegetación que se puede considerar jungla son aquellos en los que se talaron los árboles grandes, o en las orillas de los ríos y otros claros naturales.
