En las inhóspitas regiones boreales los sauces son los únicos árboles, si es que se puede llamar árboles a estas plantas de centímetros de altura.
En las inhóspitas regiones boreales los sauces son los únicos árboles, si es que se puede llamar árboles a estas plantas de unos cuantos centímetros de altura. Los anillos de crecimiento están tan próximos que hace falta un microscopio para contarlos, lo que indica la lentitud con que se desarrollan. La altura de los árboles depende de la cantidad de alimentos que pueden fabricar y, al parecer, sus células no pueden hacerlo con suficiente rapidez en clima frío. No existen árboles donde las temperaturas de julio no alcanzan un promedio de 10 grados centígrados.
La tundra ártica (tundra es la palabra lapona que designa esta región) cubre cerca de 13 millones de kilómetros cuadrados, una décima parte de las tierras emergidas del globo, al norte del límite forestal. Como las latitudes equivalentes del hemisferio sur están cubiertas de agua, no existe una tundra antártica.
El crecimiento de las plantas está limitado allí no solo por el frío, sino también por el viento, la sequía y la prolongada oscuridad del invierno. Como bajo la superficie hay una capa de tierra permanentemente congelada, las raíces no pueden penetrar profundamente; incluso si las partes aéreas pudieran aguantar condiciones tan duras, no podría desarrollarse un sistema radicular capaz de soportar mucha altura. La tierra es pobre y constantemente aglomerada por la congelación y el deshielo alternativos; no está firmemente adherida a la capa de hielo perpetuo y se desliza fácilmente por las laderas de manera que solo las plantas de raíces superficiales pueden desplazarse junto con ella.