Conozcamos mejor a los componentes de la sangre.
Glóbulos rojos y blancos
¿Qué función desempeñan los glóbulos rojos?
Una de las propiedades más importantes de la hemoglobina es su extraordinaria capacidad para combinarse con el oxígeno en cuanto las dos sustancias entran en contacto, lo que ocurre en los pulmones. Cada molécula de hemoglobina que pasa por ellos recoge hasta cuatro moléculas de oxígeno y las transporta a todos los tejidos del organismo a través del torrente sanguíneo. Tan importante como esta es la función que desempeñan los glóbulos rojos recogiendo el bióxido de carbono que producen las células al desdoblar los nutrientes.
Los glóbulos rojos son células pequeñas, delgadas y en forma de disco cóncavo por ambas caras. Son indiscutiblemente los cuerpos sólidos más abundantes en el torrente sanguíneo: en un momento dado, es probable que circulen por el organismo 25 billones de ellos, cantidad más que suficiente para cubrir cuatro canchas de tenis si se colocaran uno al lado del otro. Además, trabajan incesantemente recorriendo el aparato circulatorio alrededor de 300.000 veces antes de envejecer y desintegrarse tras una vida media de 120 días. Estos son sustituidos por nuevos eritrocitos que se forman en la médula roja de los huesos a razón de 3 millones por segundo. De ahí son recogidos por la red de capilares e incorporados al torrente circulatorio.
¿Son los glóbulos blancos realmente blancos?
Los defensores del organismo -los soldados que combaten contra las bacterias y otros invasores- son los llamados glóbulos blancos. Su nombre, como el de los glóbulos rojos, es un tanto equívoco ya que en realidad no son blancos, sino incoloros.
Mientras que solo hay una clase de glóbulos rojos, entre los blancos se encuentran varios tipos y cada uno combate de una manera distinta. Unos de ellos, por ejemplo, destruyen las células muertas; otros producen anticuerpos contra los virus, desintoxican las sustancias que pueden resultar nocivas o engloban y digieren a las bacterias.
El lapso de vida de los glóbulos blancos varía de acuerdo con las batallas que tengan que sostener en su recorrido a través del torrente sanguíneo. A pesar de la importante función que desempeñan, resultan escasos si se comparan con los glóbulos rojos; la relación que guardan es de 1 por cada 700 eritrocitos. Los glóbulos blancos se forman en diversas partes del organismo: unos proceden de la médula ósea; otros se originan en los ganglios linfáticos, el bazo, el timo, las amígdalas y otras regiones del sistema linfático.