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Fibras ópticas: sonidos transformados en haces de luz

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Fibras del vidrio más puro, algunas 10 veces más delgadas que el cabello humano, desplazan a los alambres de cobre en telefonía y televisión.

Fibras ópticas: sonidos transformados en haces de luz

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Fibras del vidrio más puro, algunas de ellas 10 veces más delgadas que el cabello humano, vienen desplazando a los alambres de cobre usados en los cables telefónicos y de televisión. El vidrio de esas fibras es de tal transparencia, que podríamos ver con toda claridad a través de un bloque de 20 km de grosor.

Estos cables de fibras ópticas transportan más información y a mayor velocidad que los de cobre, y la transmiten en forma de destellos de luz. Además, ocupan sólo la décima parte del espacio del cableado alámbrico. Los cables ópticos actuales transmiten unas 20.000 conversaciones telefónicas al mismo tiempo. Sonido, imágenes e información computarizada pasan por un mismo cable, y las señales no se desvanecen tan fácilmente como ocurre en los alambres de cobre, por lo que el sistema requiere de menos amplificadores de señal. Cuando la luz incide en el extremo de una fibra, se refleja en su interior unas 16.400 veces por metro. Es raro que la luz escape, ya que cada fibra tiene un núcleo interno que la canaliza en el trayecto, así como un revestimiento que la refleja hacia el núcleo.

Existen dos tipos principales de fibras. Las más finas, llamadas monomodales, transmiten la luz en forma de un solo patrón ondulatorio; así, las señales recorren hasta 190 km sin necesidad de amplificarse.

En las fibras más gruesas, llamadas multimodales, se transmiten hasta 1.000 patrones ondulatorios a diferentes intervalos, pero se pierde cierta cantidad de luz, por lo que las señales necesitan amplificarse cada 16 km.

En un sistema telefónico de fibras ópticas, la corriente eléctrica producida por el teléfono en respuesta a las vibraciones de la voz llega primero a un codificador. Éste mide la intensidad de la corriente unas 8.000 veces por segundo y la convierte en señales eléctricas digitales, representadas por unos y ceros.

La transmisión de luz se realiza mediante un aparato de láser. El utilizado para las fibras ópticas es un láser semiconductor que produce luz infrarroja.

Las señales eléctricas encienden y apagan rápidamente el láser y producen pulsaciones luminosas digitales, las que pasan hacia la fibra óptica a través de una lente. En una sola fibra se transmiten por lo menos 2.400 millones de bits (dígitos binarios) por segundo, equivalentes a unas 32.000 conversaciones telefónicas simultáneas. Comparadas con la velocidad de la luz, las conversaciones son muy lentas, por lo que es posible intercalar numerosas llamadas por medio de las fibras ópticas. Este proceso se conoce como multiplexing.

En el extremo receptor de la fibra, las pulsaciones de la luz son captadas por un fotodetector, que las convierte en señales eléctricas y las envía a un decodificador. Éste las transforma nuevamente en el patrón de corriente eléctrica transmitido por la bocina telefónica.

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