Desde sus fuentes hasta el mar, hay distintas etapas en los ríos en relación con su desarrollo.
Desde sus fuentes hasta el mar, la mayoría de los ríos atraviesan tres fases de desarrollo: juventud, madurez y vejez. En su tumultuosa juventud en las zonas montañosas, el río se precipita por las laderas, se derrama por rápidos y cascadas y excava profundas y escarpadas gargantas. Al llegar al pie de las montañas, entra en la madurez; su carrera se modera, su cauce se ensancha y comienza a fluir en suaves curvas.
En la vejez, el río serpentea perezosamente por una llanura casi horizontal formando numerosos meandros y, finalmente, desemboca en el mar. Una erosión prolongada puede hacer que la segunda fase del río adquiera las características de la vejez. O una elevación nueva del terreno puede transformar un río maduro en uno joven.