Estudios sobre la identidad animal.
Un científico le puso una mancha de pintura en la frente a un chimpancé cautivo que estaba dormido. Al despertar, el animal se levantó y pasó frente a un espejo colocado en una de las paredes de la habitación. Al mirar su imagen en el espejo, levantó la mano y se tocó la mancha.
La prueba del espejo se utilizó para saber si existen otros animales, además del hombre, que sean conscientes de sí mismos como individuos, en otra palabras, que sean capaces de distinguirse a sí mismos de las otras criaturas que los rodean. Se considera que un animal es consciente de sí mismo si reconoce su imagen en el espejo. Por lo general, los chimpancés superan la prueba, pero los orangutanes y los gorilas solo ocasionalmente la pasan. Los monos no la superan; en lugar de ello atacan la imagen. A veces incluso se colocan detrás del espejo para atacar al enemigo por la espalda.
Los elefantes sometidos a la misma prueba atravesaron el espejo, que era del tamaño de la pared. Su comportamiento nos hace pensar que lo consideraron como una puerta abierta y no se dieron cuenta de que se trataba de un objeto sólido.
A partir de este experimento no se puede determinar con certeza si los elefantes y los monos carecen de identidad; una conclusión de tal categoría no puede basarse solo en el hecho de no pasar la prueba. Quizás lo que ocurre es que no reconocen al espejo como lo que es en realidad.
