Los egipcios desarrollaron su propio sistema de escritura que recibió el nombre de jeroglíficos.
¿A qué se conoce como escritura jeroglífica?
Más o menos en la misma época en que los sumerios comenzaron a escribir en tablillas de barro, en el tercer milenio aC, los egipcios desarrollaron su propio sistema de escritura. Recibió el nombre de escritura jeroglífica y constaba de imágenes que representaban objetos cotidianos: plumas, escarabajos o pájaros. Algunos signos representaban el objeto dibujado, mientras que otros tenían un valor fonético y representaban dos o más sonidos, en lugar de una palabra completa. Solo se escribían las consonantes.
Los jeroglíficos conservaron su carácter pictórico y a menudo tenían una función decorativa. Cuando se grababan directamente sobre monumentos de piedra era preciso dibujar cuidadosamente las inscripciones con tinta sobre la piedra, antes de tallarlas y pintarlas. Los escribas disponían de otro tipo de soportes para la escritura, como tablas de madera o cascotes de cerámica.
El primer «papel» o papiro
Los egipcios usaron también el papiro, un material parecido al papel que se obtenía de las cañas que crecían a orillas del Nilo. En primer lugar se cortaban los tallos fibrosos de la planta en tiras finas, colocándolas unas junto a otras; a continuación se añadía una nueva capa transversal sobre la primera; y finalmente se machacaban las dos capas hasta que la savia viscosa que rezumaban las fibras acababa por unirlas unas a otras. Una vez secas al sol, las hojas estaban listas para escribir con pinceles o plumas de caña fina, con la punta tallada hasta obtener una plumilla.