Si los perros y los gatos tienen personalidades que los distinguen, ¿por qué no un lobo, un león o un elefante?
Estimar que no, implicaría creer que la “personalidad” sólo
aparece en un entorno humano; esto es, que perros y gatos tienen personalidades
diferentes, tanto por el desarrollo intencional de sus razas, como por nacer y
criarse con humanos. Verlo así, amén de soberbio, parece un tanto exótico.
Primero, porque varias especies animales que tienen interacciones sociales
entre ellos y, segundo, porque existe abundante evidencia “anecdótica”, a
través de los siglos, de que ciertos individuos de ciertas especies han
mostrado rasgos que no son uniformes (más allá de su sexo y edad). El
comportamiento de otras especies también difiere entre individuos: algunos son
más valientes, más sociales o agresivos que otros.
Una evidencia más
sistemática acaba de ser entregada por investigadores de la Universidad de
Turku, en Finlandia. Ellos estudiaron una población de elefantes dedicados a
trabajar con madera en Myanmar (ex Birmania) y descubrieron que los elefantes
asiáticos poseen personalidades individuales que se manifiestan a través de
tres factores diferentes: Atención, Sociabilidad y Agresividad.
Las diferencias
“consistentes en el comportamiento se llaman personalidad. Hasta ahora, los
estudios de personalidad de otras especies distintas a las humanas se han
centrado en primates, mascotas y poblaciones de zoos, o en especies que tienen
una vida relativamente corta. Las especies estudiadas en su hábitat natural son
raras”, dice al respecto el investigador postdoctoral y autor principal del
estudio Martin Seltmann del Departamento de Biología de la Universidad de
Turku.
En busca de superar
este vacío, su equipo estudió una población semi cautiva de elefantes de madera
en Myanmar. “Los elefantes trabajan en la industria de la madera, tirando
troncos de un lugar a otro. Este es un entorno de investigación y población muy
único, que nos permite estudiar varios cientos de elefantes”, dice el Dr. Seltmann.
Gracias a ello, se
“descubrió” que los elefantes asiáticos tienen tres factores de personalidad
diferentes: atención, sociabilidad y agresividad. Los investigadores también
identificaron que los elefantes machos y hembras no difieren en estos tres factores
de personalidad.
“La atención se
relaciona con la forma en que un elefante actúa y percibe su entorno. La
sociabilidad describe cómo un elefante busca la cercanía de otros elefantes y
humanos, y cuán populares son como socios sociales. La agresividad muestra cuán
agresivamente un elefante actúa hacia otros elefantes y cuánto interfiere en su
interacción social”, describe el Dr. Seltmann.
No tan curiosamente,
después de todos nosotros también somos mamíferos sociales y tenemos
existencias largas y una buena memoria, las historias de vida de humanos y
elefantes se parecen entre sí.
“Los elefantes y los
humanos tienen muchas características similares en sus vidas y comportamiento.
Entre otras cosas, los elefantes tienen una vida muy larga y dan a luz a un
solo hijo a la vez, que -a su vez- necesita el cuidado de la madre y otras
mujeres durante mucho tiempo después del nacimiento”. Entonces, “vivir en
entornos sociales complejos podría ser una razón por la cual ambas especies han
desarrollado estructuras de personalidad tan sofisticadas”, dice el
investigador Mirkka Lahdenperä de la Universidad de Turku, que también
participó en el estudio.
Un elemento que ayudó
al trabajo fue que todos los elefantes trabajan con su propio mahout,
es decir, un elefante jinete. Esta relación social puede durar toda la vida del
elefante. Por lo tanto, los mahouts conocen muy bien el
comportamiento de su elefante y pueden brindar información detallada sobre sus
personalidades.
“Nos encontramos con
elefantes que eran claramente más curiosos y más valientes que otros. Por
ejemplo, siempre intentaron robar las sandías que se suponían recompensas”,
explica, con humor, el Dr. Seltmann.
En cuanto a la
investigación en sí, los científicos recolectaron datos para el estudio con
cuestionarios sobre las personalidades de los elefantes. Las encuestas se
realizaron en Myanmar en 2014-2017. Las preguntas fueron dirigidas a los mahouts y
tuvieron que evaluar el comportamiento del elefante de acuerdo con 28 rasgos
diferentes. Los mahouts evaluaron con qué frecuencia el
elefante mostraba un comportamiento particular en una escala de 4 puntos.
Si bien el estudio
arroja más luz sobre cómo se desarrolla la personalidad en una especie social
de larga vida, esta investigación sobre elefantes asiáticos también puede
facilitar la protección de las especies y mejorar el bienestar y el manejo de
las personas en la población de elefantes de madera en Myanmar. Y también
entender que no somos la única especie que posee identidades personales
diferenciadas.