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El cáncer, enemigo de mil caras

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Los estudios muestran que los no fumadores respiran una peligrosa muestra de productos químicos en zonas contaminadas con humo de tabaco.

¿Gran batalla contra el cáncer?

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Conforme prosigue la investigación, los científicos identifican más carcinógenos. Sabemos que las sustancias radiactivas encabezan la lista, como demuestra la tétrica evidencia de Chernobyl. Lo mismo ocurre con otros tipos de radiación, como los rayos X del sol. La lista incluye agentes químicos contenidos en plaguicidas, desechos industriales, emisiones de automóviles, materiales de construcción (como el asbesto y la lana de fibra de vidrio) y los alimentos procesados.

El comportamiento sexual influye en las probabilidades de que una mujer padezca cáncer del cuello uterino: la promiscuidad aumenta el riesgo. Además, tener hijos a edad relativamente temprana disminuye la probabilidad de cáncer de mama. La irritación crónica puede ser otro factor de predisposición. Por ejemplo, algunos tipos de cáncer bucal y labial se atribuyen a dentaduras postizas mal ajustadas.

Debido a que con cada año que pasa es posible sumar a la lista más carcinógenos, nuestras defensas contra el cáncer y otras enfermedades aumenta consecuentemente. Casi 30% de quienes padecen cáncer son fumadores.

Si el fumador además bebe en exceso, el riesgo aumenta no solo para cáncer pulmonar sino de otro tipo. Las pruebas indican que una persona así tiene 44 veces más probabilidad de contraer cáncer de esófago que quien bebe la misma cantidad pero fuma diez o menos cigarrillos al día. Fumar conlleva peligros de cáncer no solo para el fumador. Los estudios muestran que los no fumadores respiran una peligrosa muestra de productos químicos en zonas contaminadas con humo de tabaco. En todo el mundo se cree que miles de no fumadores mueren de cáncer provocado por la inhalación pasiva de humo de cigarro. Por ello, la prohibición de fumar en lugares públicos y motivar a los fumadores a dejar el hábito son dos caminos para reducir el cáncer.

Una dieta sana es otro camino. Los estudios sugieren que la comida -demasiado de algo y muy poco de otras cosas- es un factor que contribuye en un 35% a desarrollar un cáncer. Debido a que la variedad de alimentos y de aditivos es tan grande, resulta casi imposible señalar una causa específica. Sin embargo, todo indica que los alimentos ricos en grasas, los aceites y los productos lácteos aumentan el riesgo de padecer cáncer de mama, del estómago y de colon. Asimismo, se debe restringir la ingestión de alimentos enlatados.

Resulta alentador que algunos alimentos quizá brinden protección. Los alimentos ricos en fibra, como los cereales integrales, frutas y verduras protegen contra el cáncer de colon. Al parecer, la incidencia de cáncer de las vías respiratorias y del aparato digestivo es menor en gente que consume grandes cantidades de vitamina A y C, que abundan en espinacas, pimientos, repollos de Bruselas y brócoli.

Sabemos, además, que la incidencia de cáncer de la piel aumenta con la exposición al sol. Casi 20% de la población de Queensland, Australia, padecerá algún tipo de cáncer de la piel al llegar a los 75 años de edad: la tasa de incidencia más alta del mundo. Los habitantes del sureste y suroeste de Estados Unidos ocupan el segundo lugar. Tomar precauciones sensatas, como el uso de un sombrero y de filtros solares o exponerse menos al sol, reducirá sin duda este índice.

La prevención es el método más sensato, pero el cáncer presenta tantas variantes que muchos tipos suelen ser inevitables. La segunda estrategia es la detección temprana. Por ejemplo, los exámenes para detectar el cáncer cervical, de mama y de los intestinos han reducido considerablemente la tasa de mortandad por estas enfermedades.

EI cáncer suele dar señales de advertencia. La súbita pérdida de peso, llagas o úlceras que no sanan en un tiempo normal, ronquera recurrente, dolor persistente de algún tipo, alguna protuberancia, cualquier tipo de hemorragia… todos son síntomas que obligan a ir al médico.

Hoy día es posible curar casi la mitad de todos los tipos de cáncer. Los tratamientos aumentan constantemente y son cada vez más eficaces. Pero la terapia da mejores resultados cuando se detectan a tiempo. Al usar esa defensa y con ayuda de medidas de prevención inteligentes, todos seremos nuestros mejores médicos.

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