A los 15 días de nacer, estas focas ya están listas para valerse por sí mismas.
Los cachorros de las focas de Groenlandia están listos para valerse por sí mismos 15 días después de nacer. La leche materna les permite triplicar su peso en una quincena. Durante su breve infancia ocupan casi toda la atención de la madre, antes de ser abandonados en aguas del océano glacial Ártico.
Comparados con otras especies de focas, tienen una infancia breve. Los cachorros de la foca de anillos, también nacidos en el Ártico, son amamantados durante dos meses, y los de los osos marinos de la Antártida se alimentan de leche materna por un lapso de siete meses. Por lo general, los animales pequeños maduran antes que los grandes, pero las focas son una muestra de que el tamaño no es el único factor determinante.
Una foca de Groenlandia, de 2 m de longitud, es una criatura de mediano tamaño, pero sus cachorros tienen uno de los períodos de lactancia más cortos entre los mamíferos. La razón por la que estos animales necesitan crecer tan rápidamente no se conoce con certeza. La pequeña foca debe desarrollar una gruesa capa de grasa para sobrevivir en las gélidas aguas. Si el período de lactancia se prolongara, el descongelamiento de los hielos la sorprendería desprovista de tal protección. También es posible que el corto período de lactancia asegure que los cachorros pasen el menor tiempo posible tirados en el hielo.
Las focas de Groenlandia vuelven a aparearse poco tiempo después de parir, a principios de marzo, pero pueden retrasar la implantación del embrión para que los cachorros nazcan en marzo del año siguiente, cuando el hielo comienza a romperse. Esta sincronización protege a las crías de los osos polares que salen de cacería a principios del año.
Otros mamíferos, como los ñus tienen crías que al nacer están listas para huir de los depredadores, pero que dependen de la leche materna durante varias semanas.
