Inicio Selecciones Sabías que ¿Cómo se forman las fuentes termales?

¿Cómo se forman las fuentes termales?

1033
0

El agua subterránea se caldea al circular por las fisuras de la roca y surge a temperatura superior a la de la atmósfera en las fuentes termales. 

Desde la antigüedad, la humanidad ha buscado remedio a diversas enfermedades en las fuentes termales naturales. Estas se encuentran en muchos lugares llamados zonas termales, donde hay bolsas de magma próximas a la superficie que calientan las rocas que las cubren. El agua subterránea se caldea al circular por las fisuras de la roca, y surge a temperaturas superiores a la de la atmósfera en las fuentes termales.

Publicidad

Además de estar caliente, el agua suele ir cargada de minerales disueltos que a menudo se depositan alrededor del manantial, creando formas fantásticas y a veces llenas de color.

Las zonas termales presentan muchas veces fumarolas y depósitos de lodo. Las fumarolas son chorros de vapor y otros gases que escapan por aberturas o hendiduras de la roca. Los Iodos termales se forman cuando el vapor que emana contiene ácidos que descomponen la roca alrededor del orificio de salida, convirtiéndolo en un charco de Iodo. La superficie de uno de estos, igual que una olla en ebullición, está constantemente agitada por las burbujas y borbotones que forma el vapor al escapar.

¿Por qué brotan los géiseres?

El fenómeno más espectacular de las zonas termales son los géiseres, de los que brotan periódicamente explosivos chorros de vapor y agua caliente. Al almacenarse en el largo y sinuoso conducto de un géiser, el agua se sobrecalienta hasta alcanzar temperaturas muy superiores al punto de ebullición normal. Esto se debe a que el aumento de la presión, causado en este caso por el peso de todo el líquido existente en el tubo, eleva el punto de ebullición del agua. Cuando por fin el líquido alcanza dicho punto, se ve impulsado hacia arriba y brota al exterior.

Esta brusca reducción de la presión determina que el agua sobrecalentada en el conducto se convierta inmediatamente en vapor y se expanda formando un chorro mezclado con agua hirviente, que sale lanzado al aire. Cuando el géiser se calma, comienza a filtrarse más agua en el conducto preparándose así el escenario para la siguiente erupción.

Artículo anteriorDolor de garganta
Artículo siguiente¡Disney cumple 100 años! Juguemos con sus personajes. Respuestas