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Barreras para el embarazo

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A diferencia de los griegos, los romanos eran partidarios de las familias numerosas, aun así, también se practicaba entre ellos el control de la natalidad.

Natalidad controlada

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En la antigua Grecia ya existían métodos de control de concepción, después de mantener relaciones las mujeres se hacían lavados vaginales para eliminar los residuos seminales; y muchas parejas practicaban el coitus interruptus. Este método se relata también en la Biblia, cuando Onán, al ordenarle su padre que yaciese con la viuda de su hermano, se separó de ella y «derramó su semilla en la tierra».

A diferencia de los griegos, los romanos eran partidarios de las familias numerosas. Aun así, también se practicaba entre ellos el control de la natalidad, especialmente por parte de las mujeres que se habían casado muy jóvenes. Para evitar los embarazos utilizaban tapones vaginales que contenían alumbre, resina de cedro y menta. Los romanos controlaban también el tamaño de sus familias dando muerte o abandonando a los bebés no deseados. Esta práctica siguió siendo frecuente en muchos países europeos hasta el siglo XVIII.

La primera mención histórica del uso de los anticonceptivos procede del antiguo Egipto. Un papiro que data del año 1500 aC describe el uso de tapones vaginales por parte de las mujeres que no querían quedar embarazadas. Los dispositivos preparados con componentes naturales mezclados con leche agria y miel eran especialmente eficaces: la acidez de la leche era un espermicida natural, en tanto que la miel actuaba como barrera. Las gasas empapadas en miel y acacia también resultaban muy útiles.

Los primeros condones

En el norte de África y en Europa  siguieron usándose durante siglos pesarios y otros métodos anticonceptivos. Avicena, médico árabe del siglo XII, describió muchos de esos métodos, incluyendo la práctica secular de saltar hacia atrás y estornudar con el fin de provocar un aborto. El condón o preservativo, descrito por el anatomista italiano Gabriel Falopio en el siglo XVI, se utilizó al principio básicamente para detener la propagación de la sífilis; era de tela hidrófila cosida, y con él se cubría el miembro viril. La protección que ofrecían los condones los hizo populares entre los hombres del siglo XVIII, y eran habituales en todos los burdeles de lujo desde Londres hasta San Petersburgo. Los diafragmas, unas barreras que se colocan sobre el cuello del útero, fueron adoptados en 1823; y con la introducción del caucho vulcanizado hacia 1840, los preservativos de látex se popularizaron.

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